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viernes, 27 de enero de 2017

ESCRITURA DE TEXTOS POÉTICOS CON NIÑOS: SAPITO Y SAPÓN

ESCRITURA DE TEXTOS POÉTICOS CON NIÑOS: SAPITO Y SAPÓN
Sandra Ortiz Martínez y Artemio Ríos Rivera

Y que la poesía es el arma, es la llave para abrir esa puerta de la lengua para la escritura y el pensamiento. Yo estoy absolutamente convencida de que si les diéramos más poesía a los niños, el mundo cambiaría.
María Barandas
Preámbulo
Este trabajo se escribe en el contexto de la consternación que ha suscitado el fatídico evento en el que un joven de tercer grado de una secundaria en Monterrey, Nuevo León, México, disparó a su maestra y varios compañeros de escuela. No es posible que algo de esta magnitud pase desapercibido o nos deje inmóviles, es preciso profundizar la reflexión y el diálogo. En este tenor, desarrollamos una reflexión inicial y luego presentamos la propuesta que anuncia el título del documento.

Tradicionalmente, la escuela ha asumido el estudio de los textos poéticos como parte del aprendizaje del aspecto retórico de la lengua. Más recientemente, se extendió la idea de que es valioso estudiar la poesía dado que es importante aprender a expresar sentimientos. A lo largo de los programas de estudio de Español de educación básica, Plan 2011, se puede encontrar varias veces como Aprendizaje Esperado: “Emplea recursos literarios para plasmar estados de ánimo y sentimientos en la escritura de poemas.”; lo cual es importante en sí mismo y es una idea que hemos defendido en otras propuestas, aunque reconocemos que es una búsqueda parcial, pues la poesía y, en general, la literatura nos pueden ofrecer mucho más. Más allá de figuras retóricas y tipologías textuales, la poesía nos humaniza.

Hay voces que nos han dicho que la poesía nos permite comprender y mirar la realidad de forma distinta, que usar el lenguaje figurado nos permite aproximarnos al mundo y a nosotros mismos de una manera alternativa, con sentidos nuevos. El epígrafe con el que abrimos este texto nos invita a pensar en que los textos poéticos tienen capacidad de formar mejores personas, nos invita a ofrecerla en mayor cantidad, y calidad, a los niños. ¿Cómo es posible que la poesía nos permita comprender la realidad de distinta y mejor manera?, ¿por qué podemos ser mejores personas con más poesía?

Entendemos que las fronteras entre los discursos, los saberes y las posiciones teóricas son porosas, que no hay afirmaciones contundentes y perfectamente delimitadas, en inteligencia de esto es que hacemos algunas afirmaciones en este documento. Ricoeur nos plantea que la herencia positivista delegó a la literatura al estatus de lenguaje emotivo, “carente de significado cognocitivo”[1], es decir, que no tiene elementos que nos permitan conocer la realidad, pues su sentido es figurado y no literal. Los textos literarios, de manera tradicional, son apreciados por su valor estético, por su capacidad para emocionar o persuadir; no se estudian como los textos científicos, pues no contienen información denotativa, sino sólo connotativa. Ricoeur plantea que el conocimiento de la realidad no sólo es posible a través del lenguaje denotativo o también llamado cognoscitivo,  sino que también es el lenguaje connotativo una vía; para demostrarlo usa como prueba a la metáfora y su mecanismo para producir nuevos sentidos y significados.

      El filósofo francés nos propone –en una revisión sobre los postulados clásicos– que la metáfora y, en extensión, los textos literarios, contienen contenido semántico, es decir, que ellos nos permiten la comprensión y también la construcción de realidad. La metáfora, a través de la tensión, la contradicción o el absurdo devela aspectos de la realidad que no eran visibles o que no existían. La interpretación de una metáfora nos devela un sentido literal absurdo o contradictorio y por ello posibilita la construcción de un nuevo sentido, uno que no existía, uno inesperado. En la metáfora hay una disonancia que al resolverse produce un nuevo contenido. Aun la ciencia, al ir encontrando nuevas verdades, va usando la metáfora como forma de proponer una nueva realidad.

      En los textos poéticos existen, por tanto, nociones sobre la realidad que no esperamos: cuando pasamos las hojas de algún libro de ciencia que debemos estudiar, esperamos una información, los consultamos con preguntas específicas sobre un recorte de realidad que nos interesa; cuando leemos un poema, la interpretación que hacemos de las metáforas que nos propone nos sorprende y cumple con aquello que se espera de un proceso de aprendizaje: modifica los conocimientos anteriores.

      Adicionalmente, nos atrevemos a decir que, los textos poéticos ofrecen información sin la escisión a la que nos obliga el conocimiento científico: objetividad/subjetividad. En la poesía, como en otros géneros literarios, el sujeto existe de manera plena (aún cuando se desprenda de sí mismo para convertirse en un recurso discursivo como narrador o voz poética), los contenidos que nos proponen no están libres de afecto y emoción; en ellos el contenido cognocitivo también expresa la contradicción, esa es su definición. El contenido en un poema queda abierto, nunca es acabado; se abre a la incertidumbre y al diálogo: a la propuesta inacabada de la voz poética la complementan otras voces, la de sus lectores. La del receptor que renueva el poema y matiza la interpretación de acuerdo a su tiempo, su momento y su ser en sí y para sí.

Por ello, la poesía, como dice María Barandas, “es el arma, es la llave para abrir esa puerta de la lengua para la escritura y el pensamiento”[2], para hacernos mejores personas. Mejores, en la medida que podemos comprender que es posible conocer y relacionarnos con la realidad sin desaparecer como personas, sin desaparecer a los otros de sus producciones: en el libro de ciencia no está el científico, esa es una de sus exigencias; pero en un poema están muchas personas, todas aquellas que el autor quiera invitar a través de la voz poética.

Aseverar que la poesía es un arma y que tiene la capacidad de hacernos mejores personas, no es un asunto trivial; en esta breve reflexión compartimos algunas ideas para seguirlo pensando y para aportar algunos argumentos que apunten la necesidad de que los niños de todas las edades se acerquen a los textos poéticos. La realidad que los niños y jóvenes viven tiene una complejidad que, muchas veces, supera sus herramientas para comprenderla y participar en ella.

Efraín Bartolomé nos dice en uno de los versos de “Cartas desde Bonampak”: Hoy desperté con una sensación de tibia soledad[3], ¿cuántas veces, en diferentes etapas y momentos que vivimos, quisiéramos cambiar una soledad fría por una de mejor temperatura, una en donde se pueda habitar? ¿A cuántos jóvenes serviría saber que sentirse solo puede ser también tibio, acogedor?

La lectura y la escritura de textos poéticos debe ser una actividad frecuente, ojalá cotidiana, para todos los niños y jóvenes; para aquellos que viven en familias que los protegen y les procuran condiciones de salud emocional e intelectual y, sobre todo, para aquellos con los que intuimos no gozan de un ambiente que los arrope, que viven en un ambiente hostil que les exige mayor fortaleza y herramientas para comprender y enfrentar situaciones difíciles. Los chicos no deben aprender a usar armas de fuego  y tenerlas en sus manos –como en el caso del joven que disparó en Monterrey–, deben aprender a usar armas como la metáfora, que les permitan comprender y transformar el sentido de la realidad cuando ésta no sea la que ellos quieren y necesitan para crecer como personas solidarias y empáticas. Como lo hemos afirmado en otros momentos, la disyuntiva es: poesía o barbarie.

Presentación

A continuación, presentamos una propuesta didáctica para fomentar la escritura de textos poéticos con niños de primaria. Como en ocasiones anteriores, los ejercicios pueden desarrollarse con otros públicos interesados en la actividad, aunque  cabe señalar que en esta ocasión se hizo una selección de textos que priorizarán la musicalidad y ritmo, con la intención de que propicien un ambiente lúdico y atractivo para niños pequeños. Si el maestro o promotor desarrollará la actividad con jóvenes o adultos, debe considerar ofrecer un contexto del autor o de los recursos que se emplean en la escritura de los textos para promover una comprensión más completa de ellos.

En este documento nos pareció importante iniciar con un preámbulo que invite a la reflexión sobre la importancia de acercar textos poéticos a los niños y jóvenes. Luego de dicho preámbulo, en esta Presentación ofrecemos alguna información sobre los recursos que se utilizan en los textos que se van a estudiar y que esperamos sean de utilidad para el promotor, para que tenga cierta solidez su desempeño, no necesariamente para que la comparta con los niños. Posteriormente se presenta el desarrollo de la secuencia y, finalmente, el lector encontrará anexos que le facilitan algunos textos y recursos para la actividad.

Existen ciertas ideas sobre la maduración y las posibilidades que tienen los niños para elaborar pensamiento abstracto, que incluye la comprensión del lenguaje figurado (quizá como una herencia de la teoría psicogenética de Piaget); no obstante, si somos buenos observadores podremos reconocer que los niños de muy corta edad conciben ideas muy complejas y abstractas como Dios, el amor, la mentira y, claro, el sentido figurado; un ejemplo sencillo podría ser cuando dicen a sus papás: te quiero de aquí a la Luna, pues ellos saben que la frase sólo nombra la inconmensurabilidad del cariño que sienten. Es posible que puedan existir debates serios al respecto, no es nuestra intención profundizar en el tema o intentar tener una voz autorizada al respecto; comentamos lo anterior, sólo para alentar a los promotores a ofrecer textos poéticos a los niños confiando en la capacidad que ellos tienen de comprender y desarrollar ideas complejas sobre la realidad y lo que sienten. Sobre la posibilidad de que escriban textos poéticos originales aunque impliquen una clara intertextualidad con los poetas que usemos para motivar y ejemplificar la escritura de poesía.

      Es natural que si los niños no han tenido un contacto previo con la poesía o el contacto haya sido escaso, requieran puentes que los comuniquen con ella; por eso, al inicio de la secuencia se proponen algunas actividades que ayuden a construir dichos pasadizos. Así mismo, es importante que el promotor considere que, a diferencia de los jóvenes o adultos, los niños cuentan con un bagaje de información menor y que será necesario tener a la mano ejemplos, imágenes, glosarios e información que les permita comprender la información nueva que los textos les ofrecen.

Los textos seleccionados utilizan algunos recursos que logran los efectos de musicalidad y ritmo, aunque se trata de comprender lo que se propone es sentir. Todos los poemas usados en esta secuencia son de la autoría del poeta cubano, Nicolás Guillén. Será muy útil que el promotor tenga presente los que presentamos a continuación:

Figuras fónicas y morfológicas[4]

El grupo de figuras retóricas fónicas utilizan la musicalidad y pronunciación de las palabras. Un juego de semejanzas y diferencias que pueden considerarse como "de pensamiento".

Aliteración
Consiste en la repetición de un mismo sonido en un verso o una estrofa. Este sonido es acorde con el sentido de dichos versos. Así, se emplean sonidos líquidos con la brisa, el susurro (letra "s") o ásperos para rocas, ruido, etc... Es un recurso muy teatral y forma parte del lenguaje oral, y no escrito.
Por ejemplo, en La Muralla encontramos:

Pasan islas, islas, islas,
muchas islas, siempre más;
anda y anda el barco barco,
sin descansar.

Onomatopeya
Es la otra figura fónica por excelencia. También presente en la prosa y el lenguaje coloquial, consiste en sustantivar un sonido con un parecido en dicho sustantivo (el "tic-tac" del reloj). Sin duda, la onomatopeya es más arbitraria de lo que se supone; esto queda patente en las diferentes maneras de trascribir el ladrido de un perro o el "quiquiriquí" de un gallo en los distintos idiomas.
También en La Muralla encontramos un ejemplo de Onomatopeya:

¡Tun, tun!
¿Quién es?

Similicadencia
También llamada asonancia, es una figura de repetición de sonidos. Consiste en colocar dos palabras que rimen al menos asonantemente. Es un rima ente dos palabras en contacto.
En La Muralla podemos leer:

una muralla que vaya
(alla de Muralla tiene una rima con aya de vaya)

Figuras sintácticas y posicionales

El grupo de figuras retóricas sintácticas juegan con la disposición de palabras, su omisión, redundancia, repetición, etc... Las figuras sintácticas son menos ambivalentes (como figuras de pensamiento) que las fónicas.

Anáfora
Se trata de una figura de repetición. Consiste en comenzar varios versos con la misma palabra. Es el primero de los paralelismos. La anáfora cohesiona ideas del propio poema además de darle musicalidad. Es una figura puramente formal y de repetición.
Un ejemplo de esta figura la encontramos en Mulata:

tanto tren;
tanto tren con tu boca,
tanto tren;
tanto tren con tu sojo,
tanto tren.

Epífora
La epífora es hermana de la Anáfora. En este caso, los versos no empiezan, sino que acaban con la misma palabra. Es, por tanto, figura de repetición. Aunque aquí no se da la repetición al final de enunciados consecutivos, sino con un verso entre ellos, podríamos pensar que hay epifora en los siguientes versos.
Aquí un ejemplo del poema La Muralla:

juntando todas las manos;
los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.

Paralelismo
Figura de repetición por antonomasia, consiste en la repetición de estructuras similares o idénticas. El paralelismo está abierto a cambios y dichos cambios de una parte de la secuencia repetida constituye las variantes del paralelismo.
Presentamos un ejemplo del poema La Muralla

desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
(Desde+lugar+hasta+lugar)
                 
Quiasmo
Es una variante del paralelismo y por tanto una figura de repetición. Consiste en cruzar los elementos del paralelismo, tendiendo a la simetría de dichos elementos. Puede considerarse en cierto modo una figura de pensamiento, al ser un juego de relación más complejo que el paralelismo.
Un ejemplo anterior también, también es posible que lo sea de esta otra figura:

desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
(Playa y monte aparecen en lugares intercambiados en los dos versos)

Reduplicación
Es una figura de repetición muy sencilla, con un valor enfático y generalmente apelativo. Consiste en repetir una palabra, una tras otra, para recalcar dicha palabra.
En un recurso muy usado en Un son para niños antillanos:

Allá va la negra negra,
junto junto al español;

Como es claro en la información anterior, se hace énfasis en las figuras que logran un efecto musical, es decir, que tienen un acento en el carácter fónico del poema. Nos ha parecido que para trabajar con niños pequeños es muy útil, pues les permite conocer que es posible usar el lenguaje para jugar y construir imágenes rítmicas y lúdicas de la realidad, además de jugar con las palabras para lograr ciertos efectos. Hay que recordar: no se trata de compartir la figuras anteriores con los niños, no se trata de que las aprendan o localicen en diferentes poemas. Se pueden mencionar de paso, se pueden ver con más detenimiento con aprendices de mayor edad. Se trata de sentir los sonidos, el ritmo, la musicalidad en la poesía.

Desarrollo

Para iniciar con la secuencia es importante generar un “clima”, un ambiente de familiaridad con la poesía, para ello se sugiere presentar el video “Un son para niños antillanos”[5]. A los niños se les puede pedir que cierren los ojos y se recarguen sobre la mesa, con la intención de que concentren sus sentidos en la escucha, en un primer momento sólo oirán. Cuando el video termine se les puede preguntar si les gustó la canción. Se pueden hacer comentarios sobre las frases que recuerdan, la música, el ritmo. Se vuelve a poner el video, ahora para que lo vean.

Para recuperar conocimientos previos se pregunta a los alumnos en qué se parece un poema a una canción; que, si un poema puede convertirse en canción, cómo se haría eso; que, si una canción puede ser un poema, por qué sería así. Quizás algunas respuestas de los niños giren en torno al ritmo, que las canciones se escriben para expresar sentimientos. El promotor puede profundizar en el diálogo y preguntar: ¿la canción tendrá versos?, ¿estrofas?, ¿rimas? Se sugiere que el promotor previamente indague sobre algunas canciones que les gustan a los niños con los que va a trabajar, escucharlas e identificar algunos elementos de los que se acaban de enumerar para proporcionar ejemplos familiares a los niños, de su contexto.

Los poemas que se trabajan en esta secuencia aparecen en los anexos de este documento. Se sugiere a los promotores preparar previamente los poemas para ser proyectados, en una hoja o espacio que permita leer con comodidad desde cualquier lugar del salón de clases, sin tener que hacer demasiados movimientos en la computadora o la herramienta que se use; pues con ello se evitan distracciones tanto para el promotor como para los niños. En otro caso podrá usar impresos, lo importante es que todos tengan acceso a los textos para leer solos, en equipos o en plenaria; para leer en silencio o en voz alta; para seguir en el texto la lectura que está haciendo alguien más.

Se muestra en pantalla el poema: “Un son para niños antillanos”, los chicos identifican que la letra de la canción es el poema. Se lee y comenta que inicialmente el texto es un poema de Nicolás Guillen que ha sido musicalizado por varios músicos y cantantes; puede hacerles la siguiente pregunta y dar un breve tiempo para reflexionen: ¿por qué se pueden cantar algunos poemas con cierta facilidad? El promotor lee el poema y les dice que identifiquen los recursos que usa el autor, los chicos identifican sin dificultad que las palabras se repiten.  ¿Qué debe tener un poema para que se pueda hacer canción? Ritmo.

Ahora el docente proyecta el poema de Nicolás Guillen “La muralla”, pide que lo lean en silencio. También puede hacer como con el anterior: primero proyectar un video y luego el poema escrito[6]. Cuando el promotor lea el texto en voz alta puede invitar a los alumnos a seguir la composición en silencio, modelar la lectura del texto y mostrar el ritmo que tiene.

En los anexos aparecen algunos otros poemas y adivinanzas poéticas del Nicolás Guillén, el promotor puede definir si es oportuno y cuenta con el tiempo necesario para compartir la lectura de esos otros textos a los niños; para que ellos conozcan más de la obra del poeta cubano y también para tener un ambiente más propicio para desarrollar las actividades que siguen. Esto aporta ideas a los niños para la escritura de un texto propio.

Después de la lectura y reflexión sobre los poemas de Guillén, el promotor organiza una recitación coral del poema La Muralla (también tiene una propuesta en los Anexos). La lectura coral se realiza desde las bancas, sentados en el suelo o desde cualquier postura informal. Juegan. Interesa que los niños realicen los coros, el juego colectivo con el lenguaje, no la coreografía. En este momento se trata de explorar, prepararse para escribir. En este momento la poesía coral no es un producto, aunque más adelante puede ser un fin es sí misma.


El promotor llama la atención sobre la musicalidad de los textos, lo que se repite, lo que se oye rítmico; puede ir develando algunos trucos del autor, mostrando en el texto las repeticiones, por ejemplo.

Luego de la lectura coral de La Muralla, se pregunta sobre los problemas de comprensión que existan sobre los dos poemas de Nicolás Guillén. A veces, por distintas razones, cuando leemos dejamos que los niños se queden una comprensión global del texto, dejamos pasar la exploración de los significados de las palabras; no nos detenemos a analizar la connotación y denotación de varios vocablos. Por lo mismo, es conveniente que, independientemente de lo que manifiesten los chicos, se haga una revisión del glosario (en los Anexos hay un ejemplo de cómo construir el glosario, aunque el promotor debe decidir si la información así presentada es suficiente o hacen falta otros elementos). Se puede revisar completo y así tendrán referentes previos para bordar el poema de Sapito y Sapón.

En el glosario se han priorizado imágenes para que el chico las interprete y verbalice, construya su propio significado. En el caso de “Esternón” se puso la entrada de diccionario, es decir el significado denotativo de la palabra. Aquí se puede hacer un breve ejercicio de comprensión, se pide a los niños que lean y que traten de localizar el esternón en su cuerpo, que lo señalen dando tiempo a que los demás lo encuentren, muchos señalan la espina dorsal porque une a las costillas, se les llama la atención en que la definición habla de la parte delantera, es muy emotivo ver sus caras cuando “descubren” donde está el esternón y qué es.

Antes de leer el poema de Sapito y Sapón, el promotor ofrece un animalito de plástico a cada uno de los niños. Les pide que jueguen, se relacionen y “se vayan de paseo”con él. Les pide que escriban algo sobre el paseo, lo que hicieron y cómo son los animalitos.

Posteriormente y como lo hizo con los otros poemas, los niños leen en silencio el poema, el promotor lo lee voz alta, analiza y organiza una lectura coral de Sapito y Sapón. La lectura y análisis del poema debe contar con el tiempo necesario para que los niños lo comprendan y jueguen sin que resulté repetitivo o aburrido. Al leer y jugar con Sapito y Sapón, el promotor llama la atención sobre su musicalidad, lo que se repite, lo que se oye rítmico. Identifica y resalta cómo están organizados los elementos que se repiten. Ello será muy útil para la actividad que sigue. Cualquier problema de comprensión se apoya del glosario.

El promotor pide a los niños, que con base en sus apuntes sobre los animalitos con los que jugaron y se fueron de paseo, escriban un poema. Se va a utilizar como “plantilla” de escritura el texto de Sapito y Sapón por lo que deben definir el nombre de su animalito y animalón, ya que ese será el título del poema que escribirán. Debe ayudarlos a identificar los nombres de sus personajes, por ejemplo, si les tocó un caballo, es caballito y caballón:

Cabrito y cabrón
Gallito y Gallón
Perrito y Perrón
Vaquita y Vaquetón
Pollito y Pollón
Borreguito y Borregón
Morsito y Morsón
Lorito y Lorón
Totola y Totolón
Ratito y Ratón
Cotorrito y Cotorrón

Se trata de que los niños jueguen con tener dos personajes con terminaciones diferentes, pero con una misma base o raíz de la palabra. Si el grupo es numeroso se recomienda hacer variantes para que no resulten poemas demasiado repetitivos y parecidos en las rimas, por ejemplo, no siempre tiene que terminar en “ito”-“pon” (Sapito y Sapón), también puede ser: 



Los poemas pueden hablar de lo que sea, el tema puede variar del que les proponemos; el apoyo al corregir sobre todo tiene que ver con lograr musicalidad y ritmo: identificar las sílabas, repetir algunas palabras o sílabas, repetir algunos conectores, cruzarlos; claro se trata de que tengan musicalidad y construyan algún sentido, que los niños logren contar algo sobre sus personajes, así como el poema de Sapito y Sapón, nos cuenta del gusto de Sapito por la prima Asunción y la solidaridad de Sapón. Algunos niños no siguen el esquema del poema original, es válido, la idea es que jueguen con el ritmo y cuenten algo sobre dos personajes. La idea es que escriban un texto original aunque intertextual.

Revisar los poemas es importante, pues los niños viven con mayor satisfacción su escrito. Luego de la revisión, el promotor les pide que cada quien lea para sí su poema y que ensaye la lectura, luego lo harán en voz alta para todo el grupo. Esto también permite autocorregir y sentir el ritmo y la musicalidad de su propio texto.

Para mejorar la calidad, se pueden copiar uno o dos poemas de los niños en el pizarrón y corregirlos de manera grupal, para que los demás también puedan corregir los suyos siguiendo el ejemplo.

Se recomienda continuar la sesión con la lectura del Viaje de Sapito y Sapón, que encuentra fácilmente en la red. La idea es que los niños se despidan de la actividad. Puede pedirles que de tarea se lean sus poemas a sus familiares en casa.

Al día siguiente, el promotor debe preguntar si hicieron la actividad de tarea, indagar sobre cuáles fueron las reacciones y comentarios, cómo se sintieron ellos.

Antes de pedir a los niños que pasen en limpio e ilustren sus poemas, debe revisarlos en corto con los niños y ver si aún se pueden mejorar. Con ello, están listos para armar su antología, nuestra antología se puede llamar: Antología poética animalitos y animalones de la escuela…

Como cierre se recuperan las preguntas iniciales de la secuencia: ¿en qué se parece un poema a una canción? ¿Un poema puede convertirse en canción, por qué se haría eso? También se puede repetir la lectura coral y realizar un recital.

      Muchos se preguntarán por el tiempo estipulado para cada actividad, como se hace en una planeación tradicional. Para nosotros es importante que todos los niños aprendan a su propio ritmo; llegar a un producto donde el niño no se sienta correteado y tampoco aburrido, no hay que dejar tiempos muertos, hay que cuidar la continuidad y fluidez de las actividades; deben ir quedando claro los cambios de una actividad a otra, ir haciendo cierres parciales, recapitulando. La secuencia esta diseñada para una jornada completa de trabajo en la escuela, tal vez más. El cierre debe ser claro con la conformación del producto final del grupo: la antología poética.

Productos alternos:

Los promotores pueden variar los productos o sumarlos, según el interés de los niños. Además de la Antología poética de animalitos y animalones de la escuela… también pueden:
¯ 
Preparar la poesía coral de cualquiera de los cuatro poemas. Presentarla en honores a la bandera o en un festival escolar.

Hacer ilustraciones sobre los cuatro poemas y montar una exposición que podría llamarse: Poesía en imágenes; Ilustrando a Guillén; El ritmo en la ilustración… o cualquier otro título que el docente y los alumnos encuentren con su creatividad.

 A los poemas trabajados se pueden agregar: Canción de cuna para despertar a un negrito, Canto negro, Mulata, Negro Bembón.

 Alcemos una muralla: Al poema de “La muralla” los niños le pueden agregar versos respetando la estructura del poema. Así podrán ir escribiendo a qué cosas se debe abrir y cerrar la muralla, identificando los semas positivos y negativos, lo que permite percibir ciertos valores a los niños.
 —¡Tun, tun!                                     
—¿Quién es?                                    
— (agregar el verso que consideren los niños) …                
—¡Abre la muralla!                          
—¡Tun, tun!                                      
—¿Quién es?                                    
—(agregar el verso que consideren los niños) …                 
—¡Cierra la muralla!

Anexos








Un son para niños antillanos
Nicolás Guillén

Por el Mar de las Antillas
anda un barco de papel:
Anda y anda el barco barco,
sin timonel.

De La Habana a Portobelo,
 de Jamaica a Trinidad,
anda y anda el barco barco
sin capitán.

Una negra va en la popa,
va en la proa un español:
Anda y anda el barco barco,
con ellos dos.

Pasan islas, islas, islas,
muchas islas, siempre más;
anda y anda el barco barco,
sin descansar.

Un cañón de chocolate
contra el barco disparó,
y un cañón de azúcar, zúcar,
le contestó.

¡Ay, mi barco marinero,
con su casco de papel!
¡Ay, mi barco negro y blanco
sin timonel!

Allá va la negra negra,
junto junto al español;
anda y anda el barco barco
con ellos dos.




La muralla
Nicolás Guillén

Para hacer esta muralla,
tráiganme todas las manos:
Los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.

Ay,
una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte.

¡Tun, tun!
¿Quién es?
Una rosa y un clavel...
¡Abre la muralla!

¡Tun, tun!
¿Quién es?
El sable del coronel...
¡Cierra la muralla!

¡Tun, tun!
¿Quién es?
La paloma y el laurel...
¡Abre la muralla!

¡Tun, tun!
¿Quién es?
El alacrán y el ciempiés...
¡Cierra la muralla!

Al corazón del amigo,
abre la muralla;
al veneno y al puñal,
cierra la muralla;
al mirto y la yerbabuena,
abre la muralla;
al diente de la serpiente,
cierra la muralla;
al ruiseñor en la flor,
abre la muralla...

Alcemos una muralla
juntando todas las manos;
los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.

Una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte...




Sapito y sapón
Nicolás Guillén

Sapito y Sapón
son dos muchachitos
de buen corazón.

El uno, bonito,
el otro, feón;
el uno, callado,
el otro, gritón;
y están con nosotros
en esta ocasión
comiendo malanga,
casabe y lechón.

¿Qué tienes, Sapito,
que estás tan tristón?

Madrina, me duele
la boca, un pulmón,
la frente, un zapato
y hasta el pantalón,
por lo que me gusta
su prima Asunción.
(¡Niño!)

¿Y a ti, qué te pasa?
¿Qué tienes, Sapón?

Madrina, me duele
todo el esternón,
la quinta costilla
y hasta mi bastón,
pues sé que a Sapito
le sobra razón.
(¡Pero niño!)

Sapito y Sapón
son dos muchachitos
de buen corazón.




Viaje de Sapito y Sapón
Nicolás Guillén

Sapito y Sapón,
con cuatro maracas
y un solo bongó,
van desde Quimbumbia
hasta el Quimbombó
en un avioncito
de medio motor.

Altura: dos metros.
El clima: calor.
Pilotos: Sapito,
Sapito y Sapón.

En el alto cielo
brillando está el sol.
(Un plato de vidrio
que en el comedor
la tía Rosario
dejó por error.)
Después la sopera
de Doña Margot
lanzando columnas
de ardiente vapor,
lago en cuyas ondas
Luzbel se bañó;
y en el derrocadero
del Gran Tenedor,
y el pico Cuchillo
(que hoy dicen Maslov
por el sabio ruso
que lo retrató),
y la cucharona
vulgo cucharón,
y diez cucharitas
y un tirabuzón...

¡Cuántos animales
de aspecto feroz,
cubiertos de salsa,
de salsa y arroz!
De pronto se oye:
"¡Aquí, Quimbombó!"
y el pájaro lindo
que tanto voló,
ya llega, ya llega,
ya llega... ¡Llegó!

Al siguiente día
y en un carretón
a pasear nos fuimos
por la población.
¡Qué calles más rectas
las de Quimbombó!
Muy bien empedradas
con cuescos de anón
sujetos con pasta
de blanco almidón.
¡Qué limpias las casas,
hechas de algodón,
todas de dos pisos,
todas con balcón,
y qué mar bravío
de tabaco y ron
con olas unidas
en una canción!
¡Qué gentes más finas
las de Quimbombó!
Nos dieron boniato,
nos dieron frijol,
plátanos manzanos,
naranja y limón
y (acaso por miedo
de una indigestión)
un solo confite
y un solo bombón.

Cuando de partir
la hora llegó,
ya en el aeropuerto
(¡con aquel calor!)
nos acompañaron
hasta nuestro avión,
el mismo avioncito
de medio motor,
que nos trajo un día

hasta Quimbombó.


Adivinanzas

(El río)                         Guillén
Una serpiente que pasa
Y no deja de pasar;
Pasando es como se queda,
¿no sabes tú quién será?

(El mar)                                   Guillén
Un animal que no cesa
De comer y de gritar;
Siempre está pidiendo agua,
Pues come con mucha sal.

(La lluvia)                    Guillen
Millares de soldaditos
Van unidos a la guerra;
Todos arrojan sus lanzas,
Que caen de punta en la tierra.

Negro bembón
                            Guillén

¿Po qué te pone tan brabo,
cuando te dicen negro bembón,
si tiene la boca santa,
negro bembóm?

Bembón así como ere
tiene de tó;
Caridá te mantiene, te lo dá tó.

Te queja todavía,
negro bembón;
sin pega y con harina,
negro bembón,
majagua de drí blanco,
negro bembón;
sapato de dó tono,
negro bembón.

Bembón así como ere
tiene de tó;
Caridá te mantiene, te lo dá tó.

Mulata
                               Guillén

Ya yo me enteré, mulata,
mulata, ya sé que dise
que yo tengo la narise
como nudo de cobbata.

Y fíjate bien que tú
no ere tan adelantá,
poqque tu boca é bien grande,
y tu pasa, colorá.
Tanto tren con tu cueppo,
tanto tren;
tanto tren con tu boca,
tanto tren;
tanto tren con tu sojo,
tanto tren.

Si tú supiera, mulata,
la veddá:
que yo con mi negra tengo,
y no te quiero pa ná!



[1] (1995). “Teoría de la metáfora”. En: Teoría de la interpretación: discurso y excedente de sentido. Siglo XXI: México. Pág. 59.
[2] 9 de enero de 2017. Palabras para darte vuelo. Blog. “Si les diéramos más poesía a los niños, el mundo cambiaría.”, entrevista con María Baranda por María Esther Pérez Feria. Consultado el jueves 19 de enero de 2017 en: https://palabrasparadartevuelo.wordpress.com/2017/01/09/si-les-dieramos-mas-poesia-a-los-ninos-el-mundo-cambiaria-maria-baranda-entrevista/
[3] 1982, Ojo de Jaguar. México: UNAM
[4] La información que se presenta es copiada de: Portal Poesía VersOados. Consultado el 20 de enero de 2017, en: http://www.filosofia.tk/versoados/figuras_fonicas.htm. Los ejemplos son tomados de los poemas de Nicolás Guillén que incorporamos para lectura o estudio en la presente secuencia.
[5] Existen varias versiones en internet, les sugerimos la que aparece en el siguiente link en You Tube: https://www.youtube.com/watch?v=J83UwvBLiBo; consultado el 14 de diciembre de 2016.
[6] Una versión del poema musicalizado e ilustrado con algunas imágenes lo encuentra en: https://www.youtube.com/watch?v=ClD9Mj2zyZY; consultado el 14 de diciembre de 2016.

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