"Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos..."
Mario Benedetti
Brazos que son brasas
brasas que no queman
abrazan y abrasan
envolventes caricias que se desplazan de un extremo a otro
desde la festiva fraternidad
hasta el silencioso hervor de una sangre apasionada
que apenas se asoma por la rendija de una sonrisa
de un apretón de manos
de la cortesía de una frase.
Tus brazos son mis abrazos
que me abrazan y abrasan tiernamente
contenidos por el dique del deber
Una columna se inclina sobre mí
tímidamente se acerca y cerca un corazón
que desbocado se anida en mi pecho.
Pecho a pecho se estrujan mil latidos
ante las indiferentes e inquisidoras miradas
de fraternos ojos.
Siento la redondez de un rostro
que discreto descansa fugazmente en mi oído.
¿Cómo sentir tu radiación, sin que el amor estalle entre mis manos?
frágilmente estrujo las mariposas que saludan con caricias involuntarias
respetuoso, pero explícito transmito lo que siento:
puedo decir que te amo, como se festeja a la vida.
Mi palabra se calla por no ser aprensiva
sin embargo la luz insiste:
es a brazo partido y abrazo compartido.
Lo sé, no me lo digas
sé que no soy el convocado
que tus solidarias manos son asidero de náufragos y ahítos
no soy a quien convocas
no es a mí al que llamas
aunque soy al que incendias
incineras acaso con sólo una palabra
Eso eres tú: pequeña hoguera de generoso humor
frágil hogar al que todos corremos, simulando no hacerlo,
presurosos corremos a rondar en tus rayos.