Un escritor frustrado
Juan José Barragán Verónica
Mi experiencia con el programa de Escribir Como Lectores (ECL), definitivamente ha sido reveladora, ya que ha sido toda una aventura desde el comienzo, sin imaginar el alcance del efecto por uno de mis más grandes defectos que es el de no saber decir que “no”, sin pensar ni analizar las posibles consecuencias, sean buenas o malas tal sea el caso y en esta ocasión aún estamos por saberlo, me gustan las historias de suspenso siempre y cuando no sean en primera persona, creo a que a nadie le gusta experimentar la incertidumbre de lo que pueda pasar, pero como solución a esto, siempre intento dar mi mejor esfuerzo, aunque nunca se podrá tener contento a todo el mundo, lo que más me importa son mis alumnos porque es por ellos y solo por ellos que soy maestro y no pretendo ni busco ningún reconocimiento, esos solo son para alimentar el ego, el problema es que siempre buscamos evaluar los desempeños, etiquetar, categorizar, calificar y todas esas cosas que abundan en el mundo del magisterio. No pretendo dar pretextos ni excusas, solo estoy contando lo que experimento o he experimentado desde que recibí la llamada del maestro Lamberto, el que originalmente fue invitado a participar en el taller de ECL y que bien le pude haber dicho que no, ya que era periodo vacacional, es raro ver que los maestros ocupen ese espacio para actualizarse o tomar un curso para su trabajo, pero como negarse a tremenda oportunidad de viajar a Guanajuato, Tequesquitengo, lugar de vino y queso, un curso que tomar para promover la lectura y escritura y como no mencionar la cereza del pastel,que no tenía que pagar, ni por la estancia, ni por viajar y ni siquiera por mi alimentar me tuve que preocupar ya que también se discutieron con eso, conocer grandes personajes es el plus que no me imaginaba, aquellos que simplemente llamare como verdaderos maestros, los que están verdaderamente comprometidos con la camiseta.
Al principio todo parecía una fantasía, fue como si los planetas se alinearan, días antes tenía una necesidad de viajar y estar solo, para despejarme, ya que era reciente mi divorcio o mejor dicho la separación de una relación de antaño, doce años, ocho de ellos en relación de noviazgo y el resto viviendo juntos, así que no podía decir que no, y lo menciono todo como un contexto, ya que aunado a todo eso, siempre tuve más curiosidad por la escritura que por la lectura, de hecho, me considero un escritor frustrado, por lo que el nombre del programa, despertó más mi interés, así como el de tener una herramienta para la promoción de la escritura y lectura para los alumnos que tantísima falta les hace y que es difícil para un maestro con un perfil como el mío contar con las estrategias y recursos para ese fin, así que las condiciones fueron perfectas para mi gran defecto, no saber decir que no, o decir que sí a casi todo, así que era un gran momento para aprovecharlo.
Tequesquitengo, pueblo mágico que me recuerda de dónde vengo, aires de libertad, aires de soledad pero también, aires de esperanza, porque a pesar de que no sabía bien de que se trataba, todas las atenciones por parte de los organizadores y responsables de dicho programa, auguraba que todo saldría bien y definitivamente así fue, es como una fórmula para aliviar la cruda realidad, en la que muy pocas personas ofrecen un trabajo de calidad y sobre todo pensado para un bienestar ajeno, el de los alumnos, quienes son los personajes principales de toda esta experiencia y es por eso que a partir de este momento, mejor me concentro en mi experiencia con ellos, así que después de terminar mi capacitación del programa ECl, llego el primer momento donde tendría que explicar a mi grupo, el cual es un grupo muy pequeño como lo ven algunos maestros, ya que es una matrícula de ocho alumnos, el nuevo programa que implementaríamos en el salón de clases y con el cual estaríamos trabajando en un determinado tiempo hasta concluir con las fechas estipuladas, y aunque al principio no mostraron mucho interés el asunto cambiaria cuando se les menciono, que al final el libro sería un regalo para ellos y que el autor del libro vendría a visitar a nuestra escuela para convivir con él. Los regalos siempre son un buen recurso cuando se quiere captar la atención de un alumno, así que al menos ese requisito, se cumplió desde el principio donde también fue muy importante la intervención del maestro Artemio, quien al exponer la metodología que trabajaríamos, termino por engancharlos, porque era muy distinto a lo que siempre trabajan, así que se entusiasmaron y comenzaron a escribir sus primeros productos, su primeras obras literarias y sin siquiera saberlo.
Al principio de la implementación del programa todo marchaba bien. Se había escogido trabajar una hora antes de terminar las clases cada viernes, y que hoy en día me doy cuenta que no fue un día muy favorable, porque en algunas ocasiones se interrumpía lo planeado por X o Y situación, por lo que no podíamos cubrir con los avances que marcaba nuestro coordinador, algo que tal vez le genero preocupación, pues en las siguientes visitas no parecía muy emocionado como lo mostro al principio, y es de imaginar cuando se carga con tal responsabilidad, a nadie le gusta quedar mal, así que tuvimos que redoblar esfuerzos, olvidarnos del guion tradicional, del horario oficial, sacrificando algunas horas y temas de otras materias, para ponernos al corriente, además de que no se estaba desarrollando bien el trabajo por mi parte, ya que tenía que diversificar los productos escritos de los alumnos, y no solo hacer reseñas literarias como estaba acostumbrado a trabajar cuando se trata de lecturas.
Para mi fortuna, se juntaron los dos grupos de tercero ya que la maestra encargada del otro grupo estaba con incapacidad y alguien se necesitaba hacer cargo en lo que llegaba la maestra comisionada, y mientras tanto, tuve que incorporarlos a las actividades del programa, así que cuando llego la maestra luz, llego haciéndole homenaje a su nombre, pues puedo presumir de su gran ayuda para sacar el trabajo adelante. Como la primera fecha marcada por el programa cada día se acercaba más, el ambiente dentro del salón se volvió fabril en la elaboración de los productos que teníamos que entregar. Todos los días durante dos semanas consecutivas, desayunábamos República mutante, afortunadamente era una fábrica donde solo se explotaban las ideas y la imaginación de los alumnos, por lo que las actividades se fueron desarrollando en un ambiente de armonía y convivencia, puesto que el otro grupo se involucró positivamente para sumarse de alguna manera indirecta a este gran proyecto, así que ver como todos trabajaban y sobre todo que lo disfrutaban, definitivamente me cubrió de satisfacción y yo creo que esa es la mejor experiencia que puedo compartir, el compromiso que todos adoptaron pero no por compromiso, si no porque en verdad les gustaba lo que estaban haciendo, les gustaba leer, escuchar, escribir, dibujar y lo mas asombroso de todo fue ver como daban los primeros aletazos para echar a volar su imaginación, aquella que tenían escondida y que de alguna manera tenían que sacar.
Después de haber pasado por un momento de estrés y frustración, parecería que la suerte nos apremiaba para hacer las cosas mejor, ya que las fechas previstas originalmente para la visita del autor, iban cambiando prolongando más la culminación del programa, pero también esta condición podría resultar como un arma de doble filo, pues al tener más tiempo, las expectativas de nuestro trabajo tenderían a entregar algo casi perfecto y el trabajo que se continua haciendo es para afinar detalles y procurar que al menos nada salga mal para la esperada visita. Son muchas cosas y muchos detalles que se podrían contar, sin embargo tampoco me gusta extenderme, ojala que estas líneas cumplan el objetivo de la misma, y en caso contrario estoy totalmente abierto a la crítica constructiva, ya que no soy perfecto y la experiencia es un vaso que nunca llega a derramar la gota. Sin más por el momento quedo a disposición y me gustaría agradecer de verdad, a todos lo que hacen posible este tipo de programas, ya que los alumnos lo necesitan y ojala siga creciendo todo esto.