Esa mujer llora en mis manos
cuando hacemos el amor
en llanto estalla
grita
ríe
exige paz
se pide más
Invade con su savia
de lúbricos fluídos
se cuela entre mis dedos
suda
llueve
fluye
exige paz
me pide más
Y cuando llega
cuando me voy
cuando la beso
cuando me doy
cuando le escribo
y cuando no
mira el vacio
toca mi ausencia
llora en mis manos
muestra paciencia...
Poema pequeño en extensión, enorme en intensidad. El poeta escribe según se ventilen sus emociones, pero sobre todo sus vivencias y nos guste o no nos guste, su obra existe. Poema erótico o sublime y amoroso, según el lector. No me gusta el título, parece la denominación de una pieza arquelógica expuesta en un museo, que no corresponde a la pureza del ssentimiento que denota el contenido de la obra.
ResponderEliminarDisculpas al autor del poema, me parece que me eregí como crítico de la obra y no era esa mi intensión; sólo deseaba expresar el impacto del contenido en mi cerebro e espíritu y me desvié del objetivo, nuevamente mil disculpas
ResponderEliminarA..R Como siempre, palabras de poeta, palabras sentidas, pensadas y vividas de un hombre inteligente, sensible, amante, maduro, casi perfecto.
ResponderEliminarC.