Promoción de la lectura
y escritura de textos poéticos
Homenaje a Efraín
Huerta en el centenario de su natalicio
Sandra Ortiz Martínez
Artemio Ríos Rivera
Telesecundaria “Frida Kahlo”, localidad Guadalupe
Victoria en Perote, Veracruz. 14 de febrero de 2014
El taller fue
organizado a iniciativa de la directora comisionada del plantel, maestra
Cristina Hernández. Recibimos la invitación a trabajar poesía con los alumnos
de la escuela el 14 de febrero, día en que muchas personas festejan el amor y
la amistad.
El taller se
trabajó con dos grupos diferentes de alumnos, cada grupo incluía estudiantes de
los tres grados de secundaria. En cada uno se desarrolló, con algunos ajustes,
la misma secuencia didáctica, presentamos a continuación un registro combinando
la experiencia con los dos grupos. Al final, el lector, podrá encontrar ejemplo
de los trabajos realizados por alumnos de ambos grupos.
Para iniciar planteamos
la pregunta: ¿Qué son los refranes o dichos populares?, ¿se saben algún dicho
popular? Al cuestionamiento los chicos referían algunos dichos muy conocidos y
buscabamos que el sentido y significado fuera claro para todos. Algunos ejemplos son: “Árbol que nace torcido jamás su rama endereza”, para precisar el
sentido preguntamos: el dicho dice ¿rama o tronco? Los chicos respondieron de
manera dividida tronco y rama, por ello intentamos precisar así: Si nosotros
fueramos un árbol ¿cuáles serían las ramas y cuál el tronco?, ¿qué es lo que le
da forma al árbol, las ramas o el tronco?, los chicos entiendieron que se
trataba del tronco… preguntamos entonces ¿qué quiere decir?, ¿qué les sugiere? Algún
alumno respondió: “cuando uno es chiquito y es grosero nunca va a dejar de ser
grosero”, para relativizar la determinación que muestran los dichos comentamos
que, claro, ese es el sentido del dicho y aunque éstos encierran mucha verdad y
sabiduría, no siempre son ciertos.
Otro refrán que
comentaron los alumnos fue: “De tal palo,
tal astilla”, preguntamos ¿qué es una astilla?, respondieron que es una madera,
precisamos con otras preguntas y abordamos lo que significa; los alumnos
comentaron que el palo es el papá, la astilla es el hijo. Señalamos que no sólo
puede ser el papá, sino la familia o la mamá, y que los dichos son muy
relativos, preguntamos si ¿los hijos tenemos que pagar el problema de los
padres?, los jóvenes contestaron que no. Entonces hay cosas que pueden ser
relativamente ciertas, no necesariamente todas ellas se relacionan con la forma
de ser.
Propusieron
depués “Dime de qué presumes y te diré de
qué careces”, que resulta de fácil comprensión.
Algunos ejemplos
del segundo grupo fueron:
Camarón que se duerme se lo lleva la corriente/ El
muerto y el arrimado a los tres días apestan/ El que con lobos anda a aullar se
enseña/ El que da y quita con el diablo se desquita/ El que a buen árbol se
arrima buena sombra le cobija.
Después les
propusimos pensar ¿cómo podrían definir las palabras analizadas, como árbol y
astilla?; comenzaron a decir que el árbol es verde y grande, les pedimos que
pensaran si así apareciera la definición en el diccionario todos sabrían
entonces qué es un árbol, contestaron que no, que harían falta cosas como que
es duro, con ramás y tronco. Preguntamos entonces qué tipo de definiciones
aparecen en el diccionario y en qué lenguaje están escritas, no titubearon al
contestar que es una descripción literal de las cosas.
Para afianzar en esta comprensión cada fila
debía buscar una palabra en el
diccionario.
Astilla: un fragmento de material desprendido de una madera.
Árbol: una planta leñosa, con ramas y hojas.
Tronco: tallo leñoso de las plantas.
Palo: trozo cilíndrico alargado de madera.
Leyeron lo que
encontraron y luego hicimos la distinción entre la descripción que acababan de
leer y lo que podemos analizar en los refranes. Una de las alumnas leyó la
definición de refrán de un libro que encontramos en la biblioteca de la
escuela. En este momento del taller, con el primer grupo observamos que era
necesario detenerse más en la lectura y analisis de dicha definición, de manera
que cuando en la actividad siguiente, que era escribir la definición de refrán
que ellos comprendieron, los del segundo grupo tenían definiciones más claras y
precisas que las del primero.
Algunas ideas
que saltaron en el primer grupo son:
Son frases que
están en la boca de la gente./ Un refrán es lo que dice la gente y puede ser
cierto o no./ Frases que dice la gente para expresar o decir algo de manera
figurada, algunas son cierta o a veces no.
Para precisar la
definición, la volvimos a leer del libro y clarificamos algunos significados
como ¿por qué se dice que es popular?, señalando que la palabra pueblo, viene
del vocablo italiano ‘popolo’ o ‘populus’ del latín, que un refrán es una forma
de educación que nos dan, aunque sean muy duros y terminantes como: “el que
nace pa’ maceta del corredor no pasa”. Los refranes están hechos en sentido
figurado y tratán sobre lo que dice o hace la gente. Preguntamos si ¿los
refranes los escriben? la respuesta fue que no, que sólo se dicen y agregamos
que pertenecen a la tradición popular oral.
Para
ejemplificar preguntamos: ¿nuestros papás dicen dichos populares?, ellos
respondieron naturalmente que sí, preguntamos también: ¿nuestros abuelos decían
dichos?, también respondieron que sí, y luego si ¿ellos sabían leer?, varios
respondieron que no, entonces la pregunta fue y ¿cómo los aprendieron?, los
muchachos dijeron que en la familia. Por ello se afirma la sabiduría del pueblo
se encierra en los dichos y refranes, a manera de leyes, a veces son picardías
que dice el pueblo y se transmiten por tradición oral.
Hasta aquí
cerramos en análisis de los refranes y pasamos a una segunda parte que encaminó
al ejercicio de escritura.
Para iniciar
preguntamos: ¿de qué tamaño es un poema?, pidiendo que pensaran en los poemas
que han leído. Las respuestas generales fueron que: como de 4 estrofas, de 3,
de 2, de 7 o 14. Algún alumno dijo que dependía de quién lo escribiera, de los
versos y de los sentimientos. Señalamos que decir que el tamaño depende de
quien lo escriba y de los versos que lo compongan era una buena respuesta.
Comentamos que cuando
dijeron 14, no estaban pensando en las estrofas, sino en las sílabas y eso
tiene que ver con la métrica, que viene de metro, es decir medir y, entonces, la
métrica trata la medida de los versos. Que cuando hablamos del tamaño, podemos
afirmar que todo un libro puede ser un poema o que éstos también pueden ser
chiquitos. Prengutamos ¿qué tan chiquitos pueden ser?, los jóvenes contestaron
que como de tres estrofas o de tres palabras.
Para abundar al
respecto y entrar en materia preguntamos si habían oído hablar de un señor que
se llama Efraín Huerta, los muchachos contestaron que no. Junto con Efraín
Huerta presentamos a Octavio Paz y José Revueltas, pues los tres nacieron hace
un siglo, preguntamos ¿cuándo nacieron?, los chicos hicieron cálculos mentales
y contestaron que en 1914. Les proporcionamos algunos datos sobre los tres y
luego hicimos la introducción a los poemínimos de Huerta.
Escribimos en el pizarrón:
Redil
Como
Buena
Oveja
Descarriada
Que soy
Me vendo
Bien
Al mejor
Pastor
Preguntamos ¿qué
es un redil? Y ante la falta de respuesta clara, leímos una definición de
diccionando, que cobró significado al comentarla y poner un ejemplo.
Fue necesario,
también, hacer referencia a la frase “se vende al mejor postor”, comentarla y
mostrar cuál es el juego que construye Huerta al final del poemínimo. Todo con
sólo cambiar una vocal.
Comentamos sobre
el sentido del texto, haciendo referencia a la lealtad entre amigos, que no es
un amigo leal quien hoy está contigo por interés y mañana está con alguien más
por puro interés. Después explicamos que éste, es un poema que recupera un
dicho popular pero lo cambia “ese es el juego”, que se llaman poemínimos; preguntamos
¿a qué les suena?, “a poemas chiquitos” contestaron los alumnos.
Para que los
jóvenes comprendieran el sentido de cada poemínimo, alternamos entre una
introducción a un tema y luego presentar uno de los poemas y en otros presentar
el texto y luego construir el contexto con algunas preguntas o señalando la
frase a la que hacen referencia de manera directa, siempre en referencia a
poemínimos de Efraín Huerta.
Comentamos que es importante que observen lo que hace el poeta, Efraín Huerta: toma un dicho popular y lo cambia, toma una frase celebre y la cambia, todo con un breve giro de lenguaje. El dicho ya está hecho en lenguaje figurado y lo que hace Efraín Huerta es volver a cambiar el sentido. Agregamos que la poesía realmente no es tan seria, es jugar con el lenguaje, un buen poeta es como un niño que sabe jugar con sus juguetes, preguntamos: ¿con qué juega el poeta? Y los alumnos contestaron con mucha facilidad que con las palabras, añadimos que la poesía no es algo elevado, lejano, es algo con lo que se puede jugar.
Transcribimos
más ejemplos trabajados, algunos son los que presentamos con el equipo.
Al ir analizando
los poemínimos reflexionabamos sobre lo que sucedía con un refrán o la frase célebre
al convertise en poesía, preguntabamos a los alumnos: ¿qué cambio Efraín Huerta
en “Del dicho al lecho hay mucho trecho”?, ellos respondían con mucha claridad
que una sola letra, ¿cuál? la h.
En algunos casos
no es tan sencillo como en el de Bradburiana o Arenguita, pero que es posible
comprenderlos y hacerlos trabajando un poco más.
Para comentar de
manera más específica la estrategia de Huerta, hablamos sobre la homofonía,
sobre las palabras que se escuchan iguales pero tienen un significado
diferente. Sobre todo con el segundo grupo se hizo énfasis en esta
característica de los poemínimos, pues tener claridad que se trataba de
conservar el sonido y cambiar el contenido, servía de mucho para el ejercicio
de escritura. Comentamos que bastaba con cambiar sólo un poco el texto, incluso
una sola letra y éste se convierte en otra cosa. Hay que insistir en la homofonía
y la diferencia con la sinonimia ya que cuando los muchachos cambian palabras
por sus sinónimos, generalmente la frase conserva su significado y no se dice
algo nuevo.
Los invitamos a
hacer poesía, “porque no hay peor poesía que la que no se hace”, dice Efraín
Huerta. La indicación fue que pensaran en una frase célebre, un refrán, un
piropo, un mandamiento o ley y lo escribieran en su cuaderno y luego cambiaran
algo para convertirlo en un poemínimo, intentando que no repitieran entre ellos
el mismo refrán o frase. Resaltamos que se trataba de cambiarlo, no sólo por
cambiarlo, sino que tuviera sentido, que comunicara algo. Para apoyarlos en la
actividad se hizo circular el libro de la Biblioteca Escolar: Refranes populares de México de Guadalupe
Appendini, editorial Porrúa.
También les
indicamos que cuando tuvieran una propuesta debían pensar en un título
divertido y relacionado; pasarlo en limpio en hojas que les proporcionamos y
finalmente, ilustrarlo con algún dibujo relacionado con el contenido. La
propuesta fue construir una antología de poemínimos.
Para pasarlo en
limpio se propuso un formato así:
Los alumnos
avanzaron a buen ritmo y cuando tenían algo que mostrar se acercaban a
consultarnos para ver si era correcta su
propuesta. Nosotros intentamos respetar la idea o juego que el alumno estuviera
construyendo, aún cuando el contenido pareciera “dificil”, como en el caso del
narcotrafico. Nuestra intención era apoyarlos a tener mayor claridad en lo que
podían hacer y cómo.
Los jóvenes
tendían a buscar sinónimos a la hora de cambiar sus textos, terminaban escribiendo
lo mismo o dando el significado del refrán o del piropo. Debíamos insistir en
que se trataba de buscar homofonía, es decir buscar palabras que suenen
parecidas y que signifiquen cualquier cosa, aunque sea un disparate, jugar con
el sonido de las palabras.
También les
recomendabamos que para generar sentido buscaran considerar palabras del mismo
campo semántico o quitar una que se reemplazara de manera más sencilla que
otra.
En el caso de
los títulos fue importante recomendar que éste no intentara explicar el
poemínimo, tampoco debía ser alusivo al refrán o frase original, sino alusivo
al nuevo texto, es decir, al poemínimo.
Un ejemplo de la
manera en que se orientó a los alumnos es este:
[Refrán
original] En la boca del mentiroso lo
cierto se hace dudoso.
[Primer intento
del alumno] En la boca del lobo se hace
chismoso.
Al ver esta frase le señalamos que hace falta algo que
responda a lo que arriba sería “lo cierto”, le dijimos: En boca de lobo,
(dibujamos dos líneas) y preguntamos ¿lo ¿qué? Entonces explicamos, en el
frefrán original hay un antónimo entre mentiroso y lo cierto, es decir,
mentira-verdad, para señalar que en el poemínimo esto podía conservarse. Para
ayudarle le preguntamos ¿Qué representa el lobo?, el alumno no sabía responder,
preguntamos entonces ¿qué papel tiene en el cuento de Caperucita El Lobo Feroz?,
no se sentía seguro de su respuesta pues no contestó de manera inmediata, así
que preguntamos ¿por qué se regalan osos el día de san Valentín?, ¿qué
representan los osos?, él contesto que representan amor y ternura; entonces
desde ahí preguntamos y¿qué representa el lobo? Él logró responder que es
feroz, es malo. Así preguntamos que ¿cuál es el antónimo de malo?, él respondió
sin titubear: bueno. Observó que la palabra que podría poner entonces sería
‘bueno’: en la boca del lobo lo bueno se hace _______ . Ahora había que
buscar algo para jugar y dar sentido, preguntamos ¿qué se puede hacer?, ¿queda
bien chismoso? Él alumno observaba sin sentirse satisfecho, buscando una
alternativa. Entonces preguntamos: en el cuento de caperucita ¿qué hace el
lobo?, él respondió: se come a su abuelita, ¿qué hacemos en la boca cuando
comemos?, el responde que masticamos, reformulamos la pregunta: ¿qué es lo que
masticamos?, ¿cómo se llama lo que tenemos en la boca? Decimos “ya traga ese….”
Él contesta: bocado. Le sugerimos la palabra y él se va a su asiento a pensarlo
y terminarlo.
Mientras los alumnos terminaban sus trabajos, comentamos cómo se llamaría la antología, les propusimos que la antología podía ser un homenaje a Efraín Huerta pues este año conmemoramos 100 años de su nacimiento. Preguntamos cuando alguien cumple cien años se le hace un homenaje, ¿les parece que le hagamos un homenaje a Efraín Huerta?, los alumnos dijeron que sí.
Un alumno del
salón elaboró la portada por ser un dibujante destacado y nosotros escribimos
el prologo.
El título sería:
Homenaje a Efraín Huerta. Antología de
poemas mínimos.
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