La Abuela
Artemio Ríos Rivera
Después del Rosario
de las rodillas contra el piso
de poner en la barra tus cenizas, como copa de vino
emerge tu figura
desde el mar
desde el más allá de nuestros días
de las rodillas contra el piso
de poner en la barra tus cenizas, como copa de vino
emerge tu figura
desde el mar
desde el más allá de nuestros días
Después de la oración
después de todo
en tu tierra germinó la semilla
brotaron los retoños
que al primer soplo de viento
como dientes de leones
se fueron tras veredas
después de todo
en tu tierra germinó la semilla
brotaron los retoños
que al primer soplo de viento
como dientes de leones
se fueron tras veredas
Después del golpe en el pecho
de remembranzas de lo que estamos siendo
contigo
sin ti
a tu pesar
y en tu ausente presencia
dejamos que la lluvia escurra por la frente
que se forme un estero en nuestro rostro
de la salinidad y el agua dulce
de remembranzas de lo que estamos siendo
contigo
sin ti
a tu pesar
y en tu ausente presencia
dejamos que la lluvia escurra por la frente
que se forme un estero en nuestro rostro
de la salinidad y el agua dulce
Después de todo
hacemos de tu imagen
un botín de subterránea discordia
te idolizamos
como la inmaculada de nuestra eternidad
queremos retratarnos en un espejo sin azogue
en tu rostro que existe y no está
hablamos bien de ti
para que otras voces repitan ese eco a nuestros corazones.
hacemos de tu imagen
un botín de subterránea discordia
te idolizamos
como la inmaculada de nuestra eternidad
queremos retratarnos en un espejo sin azogue
en tu rostro que existe y no está
hablamos bien de ti
para que otras voces repitan ese eco a nuestros corazones.
La abuela, una figura hecha de pan y azúcar, aunque la mía, la única que conocí, parecía formada de la mezcla de limón y sal; eso sí, no era insípida. Un hermoso poema. Saludos
ResponderEliminarGracias por tu comentario Luisa Adelina. Siempre valoro tus lecturas de mis trabajos. Un abrazo.
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