Para acumular: Amamos
acaparar
someter
y avasallar
para eso nos damos.
Para reclamar: Amamos
dominar
acometer
y desarmar
para eso nos damos.
Demasiado pequeños
para el amor
mezquinos,
pero a veces
sólo a veces
pocas veces
crecemos hasta la generosidad
la gratuita entrega.
Los necios reniegan de la lluvia
aunque sea ligera
tormentosa
o pasajera
Llueve
tiempo de lanzar semillas
germinar
fecundar a las hadas en el bosque.
Es el momento de salir
chapotear
bañarse en lágrimas
jugar
derramarse en los demás.
La tormenta anticipa:
la comunión
la calma
la claridad
el sol.
Amar y desamar. ¿Será la clave para amar la lluvia? Dime tú, poeta, cuando hablas de la pequeñez para amar, ¿acaso el amor no ha germinado tu inspirción? Mas, te regeneras en la última parte del poema.
ResponderEliminarTe saludo, ahora que las musas te han visitado.