Para Yadira
Ortodoxia en añicos
Madura inteligencia
capacidad diferenciada
Ágil jinete
de mariposas manos
plena y feliz
tu hábil diferencia
Infantil la mirada
que se posa en mis ojos
tu garganta articula
difíciles palabras
Múltiple mujer de ilimitadas limitaciones
Tu mirada taladra mi figura
Se posa en la superficie
quema
penetra
conoce mis entrañas sin buscarlas
traspasa
va más allá
me deja sin sonido
sin valor
relativamente vivo
torpemente normal
Subes
remontas obviedades
No hay vació en tu mirada
Brilla
Absorbe luz
Alumbra los perfiles
-Atmósferas palabras-
Pasas encima de todos y de todo
Franca tu risa
Desprejuiciada
Saltan alegres tus ojos en respuestas
Todo sorprende tu tacto sorprendido
Tu piel
Tu oído
El vuelo de tu pelo
Atenta a un punto
Corres como una niña
Un mundo rueda al toque de tu mano
Tu aliento empuja la troje
Molienda de la vida
No sé qué más decir
Me basta con mirarte
Para desvanecerme como un dulce en tu boca
Volátil algodón de amarga azúcar
Tus pestañas inmensas abanican mi alma
dan aire a la palabra
Mi pluma busca, sin tocar tus contornos,
Insiste en dibujarte
torpemente mi mano diluye tus fronteras
Escapas del alcance
Tus pasos mienten un frágil equilibrio
Y sonríes cristalina
Carcajadas ajenas
Me miras
Indiferente
Lejana
a mi desierta urgencia
Lo leí varias veces... es un reconocimiento intenso a esas personitas de las que preferimos no encontrar en nuestro camino.
ResponderEliminarLo dedicas a Yaadira y yo lo hurto para dedicarlo a una amiguita, Emma, princesa de un cuento rosado, que en sus 15 añitos bailaba y bailaba feliz, mientras en su bolso de peluche rosa guarda sus juguetes favoritos, para jugar a las comiditas en cuanto la música haga una pausa.
Tu sensibilidad te retrata, es un placer ser tu amiga.