DEFE*
Artemio Ríos Rivera
Lo dije y lo sostengo:
Esa pinche ciudad se va a morir sin mí
Con huelgas
Sindicatos
Temblores
Y
partidos
Térmicas inversiones
Juergas
Y
explosiones
Jodidos
Poluciones
A pesar de todo eso
Por esas situaciones
—aunque sea en el metro—
te cojo sin calzones.
Por ahí dijo Mario
“Ciudad en que no existo y sin embargo…”
Ciudad que no he vivido
Que he muerto a cada paso
Calles bandas pachecas
De taxis y soldados
Del chico y otros lados.
Ciudad de humo
Y no es metáfora
Ciudad que mata
Y no precisamente de amor
O
de nostalgia
Ciudad de odio
De corre
Ve
Y cabrón si
les dices.
Ciudad de los malditos
Que a fuerza de golpes
Se nos vuelven poetas
Y no de los poetas
Que se piensan malditos.
Calles de viajes y pasones
De viejas y pasiones
De la mendicidad y del prostíbulo
Del acarreo y la consigna
Mi ciudad
Ni pequeña
Ni hermosa
Tan simplemente real
Tan natural y concreta
¿cuál surrealismo?, ¿cuál?
Pendejo el que no entienda
Ella es la pura neta
También es puritana
Metafísica
Kafkiana
Ciudad de ratas
Elefantitos
Y
ositos retozones
De nalgas rozagantes
Y
pelos de colores
Ciudad de poderdumbre
De opulencia y costumbre.
Así yo te recuerdo:
Mataron a Peralta
—tomamos una barda—
golpearon con la razzia
—presta
saca
atraca
y puto el
que se raje—.
La calle 16
Muchachos a correr
Porque viene la tira
Y nos viene a joder.
Ciudad recuperada
De la calle tomada
Los gritos por Reforma
Por Fresno
Por San Cosme
La consigna en el Zocalo
Solo la retaguardia
No cruzó la Alameda
La ciudad sin frontera
¡¡Neza sí!!
¡¡Tuinquis no!!
“Ciudad en que no existo y sin embargo…”
sin embargo —sin retención de bienes—me deja
no me extraña
se aleja (sé Aleja).
Ciudad que no es ante mi ausencia
Ciudad indiferencia
Regresar ya me espera
Como amante dejada
Como monja quedada
Sin deseos
Con rencores
Con odios
Con ganas de romperme en sus entrañas
Al
saber que es en mí
Omnipresencia
Con ganas de asirme a lo que sea
—naufragante en el metro—
la que pudo haber sido
y, carajo, no fue.
Ciudad como una puta puritana
—pero no viceversa —
que se da
que se abre
pero
nunca se entrega.
*Homenaje
a la ciudad de México después del sismo del 19 de septiembre de 1985.
Pocas, poquísimas veces he ido a la capital, me estresa; sin embargo, reconozco que es fascinante.
ResponderEliminarEl poema me traslada a esos escasos y vívidos momentos en sus entrañas.
Enhorabuena, Dr. Artemio
Gracias por tu comentario Fernando Ressull. El DF es un puñado de contradicciones donde Dios, el Diablo y algunos ácratas se sientan a jugar a los dados en la misma mesa.
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