ESCRITURA DE TEXTOS POÉTICOS CON NIÑOS: SAPITO
Y SAPÓN
Sandra Ortiz Martínez y Artemio Ríos Rivera
Y que la poesía es el arma, es la llave para
abrir esa puerta de la lengua para la escritura y el pensamiento. Yo estoy
absolutamente convencida de que si les diéramos más poesía a los niños, el mundo
cambiaría.
María Barandas
Preámbulo
Este
trabajo se escribe en el contexto de la consternación que ha suscitado el
fatídico evento en el que un joven de tercer grado de una secundaria en
Monterrey, Nuevo León, México, disparó a su maestra y varios compañeros de
escuela. No es posible que algo de esta magnitud pase desapercibido o nos deje
inmóviles, es preciso profundizar la reflexión y el diálogo. En este tenor,
desarrollamos una reflexión inicial y luego presentamos la propuesta que
anuncia el título del documento.
Tradicionalmente,
la escuela ha asumido el estudio de los textos poéticos como parte del
aprendizaje del aspecto retórico de la lengua. Más recientemente, se extendió
la idea de que es valioso estudiar la poesía dado que es importante aprender a
expresar sentimientos. A lo largo de los programas de estudio de Español de
educación básica, Plan 2011, se puede encontrar varias veces como Aprendizaje Esperado: “Emplea recursos
literarios para plasmar estados de ánimo y sentimientos en la escritura de
poemas.”; lo cual es importante en sí mismo y es una idea que hemos defendido
en otras propuestas, aunque reconocemos que es una búsqueda parcial, pues la
poesía y, en general, la literatura nos pueden ofrecer mucho más. Más allá de
figuras retóricas y tipologías textuales, la poesía nos humaniza.
Hay
voces que nos han dicho que la poesía nos permite comprender y mirar la
realidad de forma distinta, que usar el lenguaje figurado nos permite
aproximarnos al mundo y a nosotros mismos de una manera alternativa, con
sentidos nuevos. El epígrafe con el que abrimos este texto nos invita a pensar
en que los textos poéticos tienen capacidad de formar mejores personas, nos
invita a ofrecerla en mayor cantidad, y calidad, a los niños. ¿Cómo es posible
que la poesía nos permita comprender la realidad de distinta y mejor manera?,
¿por qué podemos ser mejores personas con más poesía?
Entendemos
que las fronteras entre los discursos, los saberes y las posiciones teóricas
son porosas, que no hay afirmaciones contundentes y perfectamente delimitadas,
en inteligencia de esto es que hacemos algunas afirmaciones en este documento. Ricoeur
nos plantea que la herencia positivista delegó a la literatura al estatus de
lenguaje emotivo, “carente de significado cognocitivo”[1],
es decir, que no tiene elementos que nos permitan conocer la realidad, pues su
sentido es figurado y no literal. Los textos literarios, de manera tradicional,
son apreciados por su valor estético, por su capacidad para emocionar o
persuadir; no se estudian como los textos científicos, pues no contienen
información denotativa, sino sólo connotativa. Ricoeur plantea que el
conocimiento de la realidad no sólo es posible a través del lenguaje denotativo
o también llamado cognoscitivo, sino que
también es el lenguaje connotativo una vía; para demostrarlo usa como prueba a
la metáfora y su mecanismo para producir nuevos sentidos y significados.
El filósofo
francés nos propone –en una revisión sobre los postulados clásicos– que la
metáfora y, en extensión, los textos literarios, contienen contenido semántico,
es decir, que ellos nos permiten la comprensión y también la construcción de
realidad. La metáfora, a través de la tensión, la contradicción o el absurdo
devela aspectos de la realidad que no eran visibles o que no existían. La
interpretación de una metáfora nos devela un sentido literal absurdo o
contradictorio y por ello posibilita la construcción de un nuevo sentido, uno
que no existía, uno inesperado. En la metáfora hay una disonancia que al
resolverse produce un nuevo contenido. Aun la ciencia, al ir encontrando nuevas
verdades, va usando la metáfora como forma de proponer una nueva realidad.
En los
textos poéticos existen, por tanto, nociones sobre la realidad que no esperamos:
cuando pasamos las hojas de algún libro de ciencia que debemos estudiar,
esperamos una información, los consultamos
con preguntas específicas sobre un recorte de realidad que nos interesa; cuando
leemos un poema, la interpretación que hacemos de las metáforas que nos propone
nos sorprende y cumple con aquello que se espera de un proceso de aprendizaje:
modifica los conocimientos anteriores.
Adicionalmente, nos atrevemos a decir que, los textos poéticos ofrecen información sin la escisión a la que nos obliga el conocimiento científico: objetividad/subjetividad. En la poesía, como en otros géneros literarios, el sujeto existe de manera plena (aún cuando se desprenda de sí mismo para convertirse en un recurso discursivo como narrador o voz poética), los contenidos que nos proponen no están libres de afecto y emoción; en ellos el contenido cognocitivo también expresa la contradicción, esa es su definición. El contenido en un poema queda abierto, nunca es acabado; se abre a la incertidumbre y al diálogo: a la propuesta inacabada de la voz poética la complementan otras voces, la de sus lectores. La del receptor que renueva el poema y matiza la interpretación de acuerdo a su tiempo, su momento y su ser en sí y para sí.
Por
ello, la poesía, como dice María Barandas, “es el
arma, es la llave para abrir esa puerta de la lengua para la escritura y el
pensamiento”[2],
para hacernos mejores personas. Mejores, en la medida que podemos comprender
que es posible conocer y relacionarnos con la realidad sin desaparecer como
personas, sin desaparecer a los otros de sus producciones: en el libro de ciencia
no está el científico, esa es una de sus exigencias; pero en un poema están muchas personas, todas aquellas que el autor
quiera invitar a través de la voz poética.
Aseverar
que la poesía es un arma y que tiene la capacidad de hacernos mejores personas,
no es un asunto trivial; en esta breve reflexión compartimos algunas ideas para
seguirlo pensando y para aportar algunos argumentos que apunten la necesidad de
que los niños de todas las edades se acerquen a los textos poéticos. La
realidad que los niños y jóvenes viven tiene una complejidad que, muchas veces,
supera sus herramientas para comprenderla y participar en ella.
Efraín
Bartolomé nos dice en uno de los versos de “Cartas desde Bonampak”: Hoy desperté con una sensación de tibia
soledad[3],
¿cuántas veces, en diferentes etapas y momentos que vivimos, quisiéramos cambiar
una soledad fría por una de mejor temperatura, una en donde se pueda habitar?
¿A cuántos jóvenes serviría saber que sentirse solo puede ser también tibio,
acogedor?
La
lectura y la escritura de textos poéticos debe ser una actividad frecuente,
ojalá cotidiana, para todos los niños y jóvenes; para aquellos que viven en
familias que los protegen y les procuran condiciones de salud emocional e
intelectual y, sobre todo, para aquellos con los que intuimos no gozan de un
ambiente que los arrope, que viven en un ambiente hostil que les exige mayor
fortaleza y herramientas para comprender y enfrentar situaciones difíciles. Los
chicos no deben aprender a usar armas de fuego y tenerlas en sus manos –como en el caso del
joven que disparó en Monterrey–, deben aprender a usar armas como la metáfora,
que les permitan comprender y transformar el sentido de la realidad cuando ésta
no sea la que ellos quieren y necesitan para crecer como personas solidarias y
empáticas. Como lo hemos afirmado en otros momentos, la disyuntiva es: poesía o
barbarie.
Presentación
A
continuación, presentamos una propuesta didáctica para fomentar la escritura de
textos poéticos con niños de primaria. Como en ocasiones anteriores, los
ejercicios pueden desarrollarse con otros públicos interesados en la actividad,
aunque cabe señalar que en esta ocasión
se hizo una selección de textos que priorizarán la musicalidad y ritmo, con la
intención de que propicien un ambiente lúdico y atractivo para niños pequeños.
Si el maestro o promotor desarrollará la actividad con jóvenes o adultos, debe
considerar ofrecer un contexto del autor o de los recursos que se emplean en la
escritura de los textos para promover una comprensión más completa de ellos.
En
este documento nos pareció importante iniciar con un preámbulo que invite a la
reflexión sobre la importancia de acercar textos poéticos a los niños y jóvenes.
Luego de dicho preámbulo, en esta Presentación
ofrecemos alguna información sobre los recursos que se utilizan en los textos
que se van a estudiar y que esperamos sean de utilidad para el promotor, para
que tenga cierta solidez su desempeño, no necesariamente para que la comparta
con los niños. Posteriormente se presenta el desarrollo de la secuencia y,
finalmente, el lector encontrará anexos que le facilitan algunos textos
y recursos para la actividad.
Existen
ciertas ideas sobre la maduración y las posibilidades que tienen los niños para
elaborar pensamiento abstracto, que incluye la comprensión del lenguaje
figurado (quizá como una herencia de la teoría psicogenética de Piaget); no
obstante, si somos buenos observadores podremos reconocer que los niños de muy
corta edad conciben ideas muy complejas y abstractas como Dios, el amor, la
mentira y, claro, el sentido figurado; un ejemplo sencillo podría ser cuando
dicen a sus papás: te quiero de aquí a la Luna, pues ellos saben que la frase
sólo nombra la inconmensurabilidad del cariño que sienten. Es posible que
puedan existir debates serios al respecto, no es nuestra intención profundizar
en el tema o intentar tener una voz autorizada al respecto; comentamos lo
anterior, sólo para alentar a los promotores a ofrecer textos poéticos a los
niños confiando en la capacidad que ellos tienen de comprender y desarrollar
ideas complejas sobre la realidad y lo que sienten. Sobre la posibilidad de que
escriban textos poéticos originales aunque impliquen una clara intertextualidad
con los poetas que usemos para motivar y ejemplificar la escritura de poesía.
Es natural
que si los niños no han tenido un contacto previo con la poesía o el contacto
haya sido escaso, requieran puentes que los comuniquen con ella; por eso, al inicio
de la secuencia se proponen algunas actividades que ayuden a construir dichos
pasadizos. Así mismo, es importante que el promotor considere que, a diferencia
de los jóvenes o adultos, los niños cuentan con un bagaje de información menor
y que será necesario tener a la mano ejemplos, imágenes, glosarios e
información que les permita comprender la información nueva que los textos les
ofrecen.
Los
textos seleccionados utilizan algunos recursos que logran los efectos de
musicalidad y ritmo, aunque se trata de comprender lo que se propone es sentir.
Todos los poemas usados en esta secuencia son de la autoría del poeta cubano,
Nicolás Guillén. Será muy útil que el promotor tenga presente los que presentamos
a continuación:
Figuras fónicas y morfológicas[4]
El grupo de figuras
retóricas fónicas utilizan la musicalidad y pronunciación de las palabras. Un
juego de semejanzas y diferencias que pueden considerarse como "de
pensamiento".
Aliteración
Consiste en la repetición
de un mismo sonido en un verso o una estrofa. Este sonido es acorde con el
sentido de dichos versos. Así, se emplean sonidos líquidos con la brisa, el
susurro (letra "s") o ásperos para rocas, ruido, etc... Es un recurso
muy teatral y forma parte del lenguaje oral, y no escrito.
Por ejemplo, en La Muralla encontramos:
Pasan islas, islas, islas,
muchas islas, siempre más;
anda y anda el barco barco,
sin descansar.
Onomatopeya
Es
la otra figura fónica por excelencia. También presente en la prosa y el
lenguaje coloquial, consiste en sustantivar un sonido con un parecido en dicho
sustantivo (el "tic-tac" del reloj). Sin duda, la onomatopeya es más
arbitraria de lo que se supone; esto queda patente en las diferentes maneras de
trascribir el ladrido de un perro o el "quiquiriquí" de un gallo en
los distintos idiomas.
También en La Muralla encontramos un ejemplo de
Onomatopeya:
¡Tun, tun!
¿Quién es?
Similicadencia
También
llamada asonancia, es una figura de repetición de sonidos. Consiste en colocar
dos palabras que rimen al menos asonantemente. Es un rima ente dos palabras en
contacto.
En
La Muralla podemos
leer:
una muralla que vaya
(alla de Muralla tiene una rima con aya de vaya)
Figuras
sintácticas y posicionales
El
grupo de figuras retóricas sintácticas juegan con la disposición de palabras,
su omisión, redundancia, repetición, etc... Las figuras sintácticas son menos
ambivalentes (como figuras de pensamiento) que las fónicas.
Anáfora
Se
trata de una figura de repetición. Consiste en comenzar varios versos con la
misma palabra. Es el primero de los paralelismos. La anáfora cohesiona ideas
del propio poema además de darle musicalidad. Es una figura puramente formal y
de repetición.
Un
ejemplo de esta figura la encontramos en Mulata:
tanto tren;
tanto tren con tu boca,
tanto tren;
tanto tren con tu sojo,
tanto tren.
Epífora
La epífora es hermana de la Anáfora. En este
caso, los versos no empiezan, sino que acaban con la misma palabra. Es, por
tanto, figura de repetición. Aunque aquí no se da la repetición al final de enunciados consecutivos, sino con un verso
entre ellos, podríamos pensar que hay epifora en los siguientes versos.
Aquí un ejemplo del poema
La Muralla:
juntando todas las manos;
los negros, sus manos
negras,
los blancos, sus blancas
manos.
Paralelismo
Figura
de repetición por antonomasia, consiste en la repetición de estructuras
similares o idénticas. El paralelismo está abierto a cambios y dichos cambios
de una parte de la secuencia repetida constituye las variantes del paralelismo.
Presentamos
un ejemplo del poema La Muralla
desde la playa hasta el
monte,
desde el monte hasta la
playa, bien,
(Desde+lugar+hasta+lugar)
Quiasmo
Es
una variante del paralelismo y por tanto una figura de repetición. Consiste en
cruzar los elementos del paralelismo, tendiendo a la simetría de dichos
elementos. Puede considerarse en cierto modo una figura de pensamiento, al ser
un juego de relación más complejo que el paralelismo.
Un ejemplo anterior
también, también es posible que lo sea de esta otra figura:
desde la playa hasta el
monte,
desde el monte hasta la
playa, bien,
(Playa y monte aparecen
en lugares intercambiados en los dos versos)
Reduplicación
Es
una figura de repetición muy sencilla, con un valor enfático y generalmente
apelativo. Consiste en repetir una palabra, una tras otra, para recalcar dicha
palabra.
En
un recurso muy usado en Un son para niños
antillanos:
Allá va la negra negra,
junto junto al español;
Como
es claro en la información anterior, se hace énfasis en las figuras que logran
un efecto musical, es decir, que tienen un acento en el carácter fónico del
poema. Nos ha parecido que para trabajar con niños pequeños es muy útil, pues
les permite conocer que es posible usar el lenguaje para jugar y construir imágenes
rítmicas y lúdicas de la realidad, además de jugar con las palabras para lograr
ciertos efectos. Hay que recordar: no se trata de compartir la figuras
anteriores con los niños, no se trata de que las aprendan o localicen en
diferentes poemas. Se pueden mencionar de paso, se pueden ver con más
detenimiento con aprendices de mayor edad. Se trata de sentir los sonidos, el
ritmo, la musicalidad en la poesía.
Desarrollo
Para
iniciar con la secuencia es importante generar un “clima”, un ambiente de
familiaridad con la poesía, para ello se sugiere presentar el video “Un son
para niños antillanos”[5].
A los niños se les puede pedir que cierren los ojos y se recarguen sobre la
mesa, con la intención de que concentren sus sentidos en la escucha, en un
primer momento sólo oirán. Cuando el video termine se les puede preguntar si
les gustó la canción. Se pueden hacer comentarios sobre las frases que
recuerdan, la música, el ritmo. Se vuelve a poner el video, ahora para que lo
vean.
Para
recuperar conocimientos previos se pregunta a los alumnos en qué se parece un
poema a una canción; que, si un poema puede convertirse en canción, cómo se
haría eso; que, si una canción puede ser un poema, por qué sería así. Quizás
algunas respuestas de los niños giren en torno al ritmo, que las canciones se
escriben para expresar sentimientos. El promotor puede profundizar en el
diálogo y preguntar: ¿la canción tendrá versos?, ¿estrofas?, ¿rimas? Se sugiere
que el promotor previamente indague sobre algunas canciones que les gustan a
los niños con los que va a trabajar, escucharlas e identificar algunos
elementos de los que se acaban de enumerar para proporcionar ejemplos familiares
a los niños, de su contexto.
Los
poemas que se trabajan en esta secuencia aparecen en los anexos de este
documento. Se sugiere a los promotores preparar previamente los poemas para ser
proyectados, en una hoja o espacio que permita leer con comodidad desde
cualquier lugar del salón de clases, sin tener que hacer demasiados movimientos
en la computadora o la herramienta que se use; pues con ello se evitan
distracciones tanto para el promotor como para los niños. En otro caso podrá
usar impresos, lo importante es que todos tengan acceso a los textos para leer
solos, en equipos o en plenaria; para leer en silencio o en voz alta; para
seguir en el texto la lectura que está haciendo alguien más.
Se
muestra en pantalla el poema: “Un son para niños antillanos”, los chicos
identifican que la letra de la canción es el poema. Se lee y comenta que
inicialmente el texto es un poema de Nicolás Guillen que ha sido musicalizado por
varios músicos y cantantes; puede hacerles la siguiente pregunta y dar un breve
tiempo para reflexionen: ¿por qué se pueden cantar algunos poemas con cierta
facilidad? El promotor lee el poema y les dice que identifiquen los recursos
que usa el autor, los chicos identifican sin dificultad que las palabras se repiten. ¿Qué debe tener un poema para que se pueda
hacer canción? Ritmo.
Ahora
el docente proyecta el poema de Nicolás Guillen “La muralla”, pide que lo lean
en silencio. También puede hacer como con el anterior: primero proyectar un
video y luego el poema escrito[6].
Cuando el promotor lea el texto en voz alta puede invitar a los alumnos a
seguir la composición en silencio, modelar la lectura del texto y mostrar el
ritmo que tiene.
En
los anexos aparecen algunos otros poemas y adivinanzas poéticas del Nicolás
Guillén, el promotor puede definir si es oportuno y cuenta con el tiempo
necesario para compartir la lectura de esos otros textos a los niños; para que
ellos conozcan más de la obra del poeta cubano y también para tener un ambiente
más propicio para desarrollar las actividades que siguen. Esto aporta ideas a
los niños para la escritura de un texto propio.
Después
de la lectura y reflexión sobre los poemas de Guillén, el promotor organiza una
recitación coral del poema La Muralla (también
tiene una propuesta en los Anexos). La lectura coral se realiza desde las
bancas, sentados en el suelo o desde cualquier postura informal. Juegan.
Interesa que los niños realicen los coros, el juego colectivo con el lenguaje,
no la coreografía. En este momento se trata de explorar, prepararse para
escribir. En este momento la poesía coral no es un producto, aunque más
adelante puede ser un fin es sí misma.
El promotor
llama la atención sobre la musicalidad de los textos, lo que se repite, lo que
se oye rítmico; puede ir develando algunos trucos del autor, mostrando en el
texto las repeticiones, por ejemplo.
Luego
de la lectura coral de La Muralla, se
pregunta sobre los problemas de comprensión que existan sobre los dos poemas de
Nicolás Guillén. A veces, por distintas razones, cuando leemos dejamos que los
niños se queden una comprensión global del texto, dejamos pasar la exploración
de los significados de las palabras; no nos detenemos a analizar la connotación
y denotación de varios vocablos. Por lo mismo, es conveniente que, independientemente
de lo que manifiesten los chicos, se haga una revisión del glosario (en los
Anexos hay un ejemplo de cómo construir el glosario, aunque el promotor debe
decidir si la información así presentada es suficiente o hacen falta otros
elementos). Se puede revisar completo y así tendrán referentes previos para
bordar el poema de Sapito y Sapón.
En
el glosario se han priorizado imágenes para que el chico las interprete y
verbalice, construya su propio significado. En el caso de “Esternón” se puso la
entrada de diccionario, es decir el significado denotativo de la palabra. Aquí
se puede hacer un breve ejercicio de comprensión, se pide a los niños que lean
y que traten de localizar el esternón en su cuerpo, que lo señalen dando tiempo
a que los demás lo encuentren, muchos señalan la espina dorsal porque une a las
costillas, se les llama la atención en que la definición habla de la parte
delantera, es muy emotivo ver sus caras cuando “descubren” donde está el
esternón y qué es.
Antes
de leer el poema de Sapito y Sapón,
el promotor ofrece un animalito de plástico a cada uno de los niños. Les pide
que jueguen, se relacionen y “se vayan de paseo”con él. Les
pide que escriban algo sobre el paseo, lo que hicieron y cómo son los
animalitos.
Posteriormente
y como lo hizo con los otros poemas, los niños leen en silencio el poema, el
promotor lo lee voz alta, analiza y organiza una lectura coral de Sapito y Sapón. La lectura y análisis
del poema debe contar con el tiempo necesario para que los niños lo comprendan
y jueguen sin que resulté repetitivo o aburrido. Al leer y jugar con Sapito y Sapón, el promotor llama la
atención sobre su musicalidad, lo que se repite, lo que se oye rítmico. Identifica
y resalta cómo están organizados los elementos que se repiten. Ello será muy
útil para la actividad que sigue. Cualquier problema de comprensión se apoya
del glosario.
El
promotor pide a los niños, que con base en sus apuntes sobre los animalitos con
los que jugaron y se fueron de paseo, escriban un poema. Se va a utilizar como
“plantilla” de escritura el texto de Sapito
y Sapón por lo que deben definir el nombre de su animalito y animalón, ya
que ese será el título del poema que escribirán. Debe ayudarlos a identificar
los nombres de sus personajes, por ejemplo, si les tocó un caballo, es
caballito y caballón:
Cabrito y cabrón
Gallito y Gallón
Vaquita y Vaquetón
Pollito y Pollón
Borreguito y Borregón
Morsito y Morsón
Lorito y Lorón
Totola y Totolón
Ratito y Ratón
Cotorrito y Cotorrón
Se trata de
que los niños jueguen con tener dos personajes con terminaciones diferentes,
pero con una misma base o raíz de la palabra. Si el grupo es numeroso se
recomienda hacer variantes para que no resulten poemas demasiado repetitivos y
parecidos en las rimas, por ejemplo, no siempre tiene que terminar en “ito”-“pon”
(Sapito y Sapón), también puede ser:
Los
poemas pueden hablar de lo que sea, el tema puede variar del que les
proponemos; el apoyo al corregir sobre todo tiene que ver con lograr
musicalidad y ritmo: identificar las sílabas, repetir algunas palabras o
sílabas, repetir algunos conectores, cruzarlos; claro se trata de que tengan
musicalidad y construyan algún sentido, que los niños logren contar algo sobre
sus personajes, así como el poema de Sapito
y Sapón, nos cuenta del gusto de Sapito por la prima Asunción y la
solidaridad de Sapón. Algunos niños no siguen el esquema del poema original, es
válido, la idea es que jueguen con el ritmo y cuenten algo sobre dos
personajes. La idea es que escriban un texto original aunque intertextual.
Revisar
los poemas es importante, pues los niños viven con mayor satisfacción su
escrito. Luego de la revisión, el promotor les pide que cada quien lea para sí
su poema y que ensaye la lectura, luego lo harán en voz alta para todo el
grupo. Esto también permite autocorregir y sentir el ritmo y la musicalidad de
su propio texto.
Para mejorar
la calidad, se pueden copiar uno o dos poemas de los niños en el pizarrón y
corregirlos de manera grupal, para que los demás también puedan corregir los
suyos siguiendo el ejemplo.
Se
recomienda continuar la sesión con la lectura del Viaje de Sapito y Sapón, que encuentra fácilmente en la red. La
idea es que los niños se despidan de la actividad. Puede pedirles que de tarea
se lean sus poemas a sus familiares en casa.
Al
día siguiente, el promotor debe preguntar si hicieron la actividad de tarea,
indagar sobre cuáles fueron las reacciones y comentarios, cómo se sintieron
ellos.
Antes
de pedir a los niños que pasen en limpio e ilustren sus poemas, debe revisarlos
en corto con los niños y ver si aún se pueden mejorar. Con ello, están listos
para armar su antología, nuestra antología se puede llamar: Antología poética animalitos y animalones de
la escuela…
Como
cierre se recuperan las preguntas iniciales de la secuencia: ¿en qué se parece
un poema a una canción? ¿Un poema puede convertirse en canción, por qué se haría
eso? También se puede repetir la lectura coral y realizar un recital.
Muchos se preguntarán por el tiempo estipulado para cada actividad, como se hace en
una planeación tradicional. Para nosotros es importante que todos los niños
aprendan a su propio ritmo; llegar a un producto donde el niño no se sienta
correteado y tampoco aburrido, no hay que dejar tiempos muertos, hay que cuidar
la continuidad y fluidez de las actividades; deben ir quedando claro los
cambios de una actividad a otra, ir haciendo cierres parciales, recapitulando.
La secuencia esta diseñada para una jornada completa de trabajo en la escuela,
tal vez más. El cierre debe ser claro con la conformación del producto final
del grupo: la antología poética.
Productos alternos:
Los
promotores pueden variar los productos o sumarlos, según el interés de los
niños. Además de la Antología poética de animalitos
y animalones de la escuela… también pueden:
¯
Preparar la poesía coral de cualquiera de los cuatro poemas. Presentarla en
honores a la bandera o en un festival escolar.
Hacer ilustraciones sobre los cuatro poemas y montar una exposición que podría llamarse: Poesía en imágenes; Ilustrando a Guillén; El
ritmo en la ilustración… o cualquier otro título que el docente y los
alumnos encuentren con su creatividad.
A los poemas trabajados se pueden
agregar: Canción de cuna para despertar a
un negrito, Canto negro, Mulata, Negro Bembón.
Alcemos
una muralla: Al poema de “La muralla” los niños le pueden agregar
versos respetando la estructura del poema. Así podrán ir escribiendo a qué
cosas se debe abrir y cerrar la muralla, identificando los semas positivos y
negativos, lo que permite percibir ciertos valores a los niños.
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
— (agregar el verso que
consideren los niños) …
—¡Abre la muralla!
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—(agregar el verso que
consideren los niños) …
—¡Cierra la
muralla!
Anexos
Un son para
niños antillanos
Nicolás
Guillén
Por
el Mar de las Antillas
anda
un barco de papel:
Anda
y anda el barco barco,
sin
timonel.
De
La Habana a Portobelo,
de Jamaica a Trinidad,
anda
y anda el barco barco
sin
capitán.
Una
negra va en la popa,
va
en la proa un español:
Anda
y anda el barco barco,
con
ellos dos.
Pasan
islas, islas, islas,
muchas
islas, siempre más;
anda
y anda el barco barco,
sin
descansar.
Un
cañón de chocolate
contra
el barco disparó,
y
un cañón de azúcar, zúcar,
le
contestó.
¡Ay,
mi barco marinero,
con
su casco de papel!
¡Ay,
mi barco negro y blanco
sin
timonel!
Allá
va la negra negra,
junto
junto al español;
anda
y anda el barco barco
con
ellos dos.
La muralla
Nicolás
Guillén
Para hacer esta muralla,
tráiganme todas las manos:
Los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Ay,
una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte.
¡Tun, tun!
¿Quién es?
Una rosa y un clavel...
¡Abre la muralla!
¡Tun, tun!
¿Quién es?
El sable del coronel...
¡Cierra la muralla!
¡Tun, tun!
¿Quién es?
La paloma y el laurel...
¡Abre la muralla!
¡Tun, tun!
¿Quién es?
El alacrán y el ciempiés...
¡Cierra la muralla!
Al corazón del amigo,
abre la muralla;
al veneno y al puñal,
cierra la muralla;
al mirto y la yerbabuena,
abre la muralla;
al diente de la serpiente,
cierra la muralla;
al ruiseñor en la flor,
abre la muralla...
Alcemos una muralla
juntando todas las manos;
los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte...
Sapito y sapón
Nicolás Guillén
Sapito
y Sapón
son
dos muchachitos
de
buen corazón.
El
uno, bonito,
el
otro, feón;
el
uno, callado,
el
otro, gritón;
y
están con nosotros
en
esta ocasión
comiendo
malanga,
casabe
y lechón.
¿Qué
tienes, Sapito,
que
estás tan tristón?
Madrina,
me duele
la
boca, un pulmón,
la
frente, un zapato
y
hasta el pantalón,
por
lo que me gusta
su
prima Asunción.
(¡Niño!)
¿Y
a ti, qué te pasa?
¿Qué
tienes, Sapón?
Madrina,
me duele
todo
el esternón,
la
quinta costilla
y
hasta mi bastón,
pues
sé que a Sapito
le
sobra razón.
(¡Pero
niño!)
Sapito
y Sapón
son
dos muchachitos
de
buen corazón.
Al siguiente día
Viaje de Sapito y Sapón
Nicolás
Guillén
Sapito y Sapón,
con cuatro maracas
y un solo bongó,
van desde Quimbumbia
hasta el Quimbombó
en un avioncito
de medio motor.
Altura: dos metros.
El clima: calor.
Pilotos: Sapito,
Sapito y Sapón.
En el alto cielo
brillando está el sol.
(Un plato de vidrio
que en el comedor
la tía Rosario
dejó por error.)
Después la sopera
de Doña Margot
lanzando columnas
de ardiente vapor,
lago en cuyas ondas
Luzbel se bañó;
y en el derrocadero
del Gran Tenedor,
y el pico Cuchillo
(que hoy dicen Maslov
por el sabio ruso
que lo retrató),
y la cucharona
vulgo cucharón,
y diez cucharitas
y un tirabuzón...
¡Cuántos animales
de aspecto feroz,
cubiertos de salsa,
de salsa y arroz!
De pronto se oye:
"¡Aquí, Quimbombó!"
y el pájaro lindo
que tanto voló,
ya llega, ya llega,
ya llega... ¡Llegó!
y en un carretón
a pasear nos fuimos
por la población.
¡Qué calles más rectas
las de Quimbombó!
Muy bien empedradas
con cuescos de anón
sujetos con pasta
de blanco almidón.
¡Qué limpias las casas,
hechas de algodón,
todas de dos pisos,
todas con balcón,
y qué mar bravío
de tabaco y ron
con olas unidas
en una canción!
¡Qué gentes más finas
las de Quimbombó!
Nos dieron boniato,
nos dieron frijol,
plátanos manzanos,
naranja y limón
y (acaso por miedo
de una indigestión)
un solo confite
y un solo bombón.
Cuando de partir
la hora llegó,
ya en el aeropuerto
(¡con aquel calor!)
nos acompañaron
hasta nuestro avión,
el mismo avioncito
de medio motor,
que nos trajo un día
hasta Quimbombó.
Adivinanzas
(El río) Guillén
Una serpiente que
pasa
Y no deja de
pasar;
Pasando es como
se queda,
¿no sabes tú
quién será?
(El mar) Guillén
Un animal que no
cesa
De comer y de
gritar;
Siempre está
pidiendo agua,
Pues come con
mucha sal.
(La lluvia) Guillen
Millares de
soldaditos
Van unidos a la
guerra;
Todos arrojan sus
lanzas,
Que caen de punta
en la tierra.
Negro bembón
Guillén
Guillén
¿Po qué te pone tan brabo,
cuando te dicen negro bembón,
si tiene la boca santa,
negro bembóm?
Bembón así como ere
tiene de tó;
Caridá te mantiene, te lo dá tó.
Te queja todavía,
negro bembón;
sin pega y con harina,
negro bembón,
majagua de drí blanco,
negro bembón;
sapato de dó tono,
negro bembón.
Bembón así como ere
tiene de tó;
Caridá te mantiene, te lo dá tó.
Mulata
Guillén
Guillén
Ya yo me enteré, mulata,
mulata, ya sé que dise
que yo tengo la narise
como nudo de cobbata.
Y fíjate bien que tú
no ere tan adelantá,
poqque tu boca é bien grande,
y tu pasa, colorá.
Tanto tren con tu cueppo,
tanto tren;
tanto tren con tu boca,
tanto tren;
tanto tren con tu sojo,
tanto tren.
Si tú supiera, mulata,
la veddá:
que yo con mi negra tengo,
y no te quiero pa ná!
[1] (1995). “Teoría de la metáfora”. En: Teoría de la interpretación: discurso y
excedente de sentido. Siglo XXI: México. Pág. 59.
[2] 9 de enero de
2017. Palabras para darte vuelo. Blog. “Si
les diéramos más poesía a los niños, el mundo cambiaría.”, entrevista con María
Baranda por María Esther Pérez Feria. Consultado el jueves 19 de enero de 2017
en: https://palabrasparadartevuelo.wordpress.com/2017/01/09/si-les-dieramos-mas-poesia-a-los-ninos-el-mundo-cambiaria-maria-baranda-entrevista/
[3] 1982, Ojo de Jaguar. México: UNAM
[4] La información que se presenta es copiada
de: Portal Poesía VersOados. Consultado el 20 de enero de 2017, en: http://www.filosofia.tk/versoados/figuras_fonicas.htm. Los ejemplos son tomados de los poemas de
Nicolás Guillén que incorporamos para lectura o estudio en la presente
secuencia.
[5] Existen varias
versiones en internet, les sugerimos la que aparece en el siguiente link en You
Tube: https://www.youtube.com/watch?v=J83UwvBLiBo; consultado el
14 de diciembre de 2016.
[6] Una versión del poema musicalizado e ilustrado con algunas imágenes lo
encuentra en: https://www.youtube.com/watch?v=ClD9Mj2zyZY; consultado el 14 de diciembre de 2016.
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