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lunes, 4 de enero de 2021

Madera

 

Madera

 

Artemio Ríos Rivera

 

Cuando apareció el ejemplar número cero de Madera en los pasillos de la facultad, en los baños y en medio de las bancas fue señal de que algún guerrillero había venido de la sierra a la ciudad.

 

También fue síntoma de que la policía política merodeaba la universidad porque tenían infiltrados a los grupos urbanos de apoyo al movimiento guerrillero.

 

Cuando decidieron hacer una prensa revolucionaria, un periódico del movimiento, tuvieron que ponerle un nombre. Pensaron en que lo que los protegía en las montañas eran los árboles, con su follaje se escondían de los helicópteros del ejercito, en sus ramas hacían guardias para vigilar los accesos a los centros de adiestramiento armado o a las reuniones de formación política. Árbol no era un buen nombre para un periódico, probablemente hojas, pero no ramas, tal vez verde, olivo por supuesto, pero no palos o troncos. Así, Robles propuso el nombre de Madera. Un sustantivo que implicaba a la selva, las montañas y otros parajes de la geografía del país, además el concepto de madera implicaba ya un proceso, no la manifestación bruta de la naturaleza sino la intervención del hombre para domesticar y hacer amables las ramas y troncos de los árboles. Pero no solo eso, la madera era la materia prima que permitió la fundación de las civilizaciones. Casas, muebles, herramientas y otros menesteres estaban hechos de madera, de maderas de diferente consistencia y calidad, apropiadas para diferentes usos. 
 

Si el hombre había sido hecho de arcilla, de maíz o de un pan primigenio, también podía haber sido hecho de madera. La madera seca con una chispa podía iniciar el fuego, incendiarlo todo, llenar de luz la oscuridad. El periódico, Madera, pretendía ser esa chispa que iluminara conciencias, que prendiera la hoguera de la revolución social. Mucha metáfora, mucho romanticismo, pero la célula se limitaba a un puñado de jóvenes focalizados en la lejanía agreste de la montaña. Aislados de todo y de todos. 

 

La primera distribución de Madera había sido un fracaso. Nadie se enteró de la existencia del GAR, Grupo de Acción Revolucionaria y sus objetivos en la lucha por un país mejor.

 

En realidad, la célula que redactaba, imprimía y distribuía Madera, era muy pequeña, ocho militantes a lo sumo. El grupo era rígido y desligado del movimiento social, de sus familias y de todo contacto con la población de ningún lado. Su formación política era realmente magra, sus documentos de formación eran manuales de marxismo de la academia de ciencias de la URSS. 

 

Los militantes estaban hechos de buena madera, pero tenían pocos recursos, pocas armas (en realidad sólo un par de pistolas viejas, sin parque), poca formación política, pero mucho corazón, muchos deseos de hacer justicia y abrir espacios de participación democrática. En el país no había vías de participación social o política. En los procesos electorales sólo el Partido de Estado presentaba candidato a la presidencia de la república y a todos los puestos de elección popular. Los otros partidos, tenían el mismo candidato a presidente y sólo obtenían migajas de las elecciones, claro dinero y prerrogativas. Cualquier movimiento sindical, estudiantil, obrero o popular era inmediatamente reprimido. No había diálogo ni atención a las demandas.

Lo que tenían en común los editores de Madera, era que todos habían participado en algún movimiento popular o sindical independiente y, por eso, quisieron corromperlos o encarcelarlos. Plata o plomo era la consigna de los agentes del gobierno que los invitaban a calmarse, claudicar o venderse. Así se vieron en la necesidad de huir, separarse de sus amigos y familias, pasar a la clandestinidad y organizarse para combatir al Estado.


Se hacían llamar GAR, Grupo de Acción Revolucionaria. Convenientemente la prensa y la inteligencia militar los presentaba ante la población como el grupo armado revolucionario. Así se justificaba su persecución y exterminio. 

 

Robles, el de fuerte madera, insistió en muchas discusiones en la necesidad de hacer un acto propagandístico en la distribución del número uno del periódico. Así serían noticia nacional y la gente sabría de su existencia y de su órgano de difusión: Madera. Había que hacer una expropiación en la casa de moneda de la ciudad y al mismo tiempo distribuir Madera al momento de la acción. Después de mucho tiempo y discusiones se aprobó el punto que llevó un largo proceso de planeación.

El día llegó. Se lanzaron a la ciudad los ocho militantes del GAR, apenas llegaban al lugar fueron baleados por agentes de inteligencia militar y civil, era una emboscada. Unos fueron desaparecidos y otros encarcelados, los más afortunados después fueron mandados al exilio. Robles era un agente de la Dirección Federal de Seguridad infiltrado en la célula de Madera.



Fotos tomadas de: 


1 y 2 https://adondevanlosdesaparecidos.org/2019/10/15/el-tiempo-suspendido-una-historia-de-la-desaparicion-forzada-en-mexico-1940-1980/

 

3 https://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/2019/09/10/madera-la-madre-de-todas-las-batallas/

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